Desde el Año 3613 a.C, los estribas egipcios durante el reino del primer Faraón de la Dinastía Menach, ejercían funciones administrativas y de contabilidad, anotando los hechos de la vida domestica, registrando las entradas y los gastos del soberano. Fueron los Fenicios los que perfeccionaron las técnicas del registro de operaciones para el año 1100 a.C; luego los sacerdotes en Babilonia llevaron los registros de las transacciones en inscripción pectográfica sobre arcilla, en forma de resúmenes semanales, mensuales, y anuales, prototipos de los libros diarios y mayor de contabilidad. Por otra parte en Roma el “Pater familia” llevaba un registro de los bienes que conformaba su patrimonio así como sus aumentos y disminuciones anotándolo diariamente en un libro que lo llamaba “adversaria”.
De la edad media se han conservado libros y documentos de contabilidad y es hasta el año 1340 que se comienza a elaborar la técnica del registro, hoy conocida como “partida Doble”. Fue el Franciscano Lucas Paciolo quien difundió esta técnica en el año 1494 en su obra “Summa de Aritmética, geometría proportioni et proportionalista”, razón esta por la que muchos autores le llaman el padre de la contabilidad.