Son organismos que viven en el mar, tienen el cuerpo cubierto de espinas y presentan simetría radial
El cuerpo tiene cinco regiones, donde no se distingue la cabeza
Se movilizan gracias a unas estructuras similares a una ventosa
Se caracterizan por tener cinco o más brazos unidos entre sí y a un disco central. Dichos brazos tienen la capacidad de autoregenerarse cuando son mutilados y de cada miembro amputado puede surgir un nuevo individuo
Las estrellas de mar habitan tanto en zonas costeras como en aguas profundas, aunque siempre en el fondo marino. Son animales muy voraces, capaces de destrozar las conchas de los moluscos para acceder a su interior.
Pese a que no tienen órganos sensoriales especializados, los pies ambulacrales les permiten ser sensibles al tacto, a la luz y a la temperatura.
Morfológicamente son muy parecidas a las estrellas de mar, con un cuerpo pequeño y aplanado del que cuelgan cinco extremidades móviles estrechas y alargadas.
Pero a diferencia de sus "primas", las ofiuras no tienen los brazos conectados entre sí. Lo que sí comparten con las estrellas es la autonomía o capacidad de desprenderse de uno de sus miembros para luego regenerarlo, lo que les resulta muy útil dada la fragilidad de sus extremidades.
En la parte superior del cuerpo disponen de un conjunto de lentes microscópicas que, según se cree, podrían funcionar como un ojo compuesto. Su alimentación es muy variada.
Carecen de brazos, tienen el cuerpo esférico y su esqueleto interno forma un caparazón, llamado test, que está protegido por púas largas y móviles.
Algunas especies, no obstante, presentan formas irregulares, con cuerpo planos y espinas pequeñas.
Su aparato digestivo está formado por un enorme estómago y una boca articulada en la parte inferior, que recibe el nombre de "linterna de Aristóteles", con la que arranca de la roca y despedaza las algas de que se alimenta.
Los erizos de mar se desplazan lentamente por el fondo marino con la ayuda combinada de sus espinas y los pies ambulacrales.
Las holoturias, conocidas popularmente como pepinos de mar, pertenecen al grupo de los holoturoideos.
Tienen el cuerpo blando y alargado, como si de un gusano rechoncho se tratara, y un esqueleto interno muy reducido.
Su tamaño es variable, existiendo especies diminutas y otras que superan los 4 metros de longitud.
Aunque internamente sus órganos aparecen duplicados cinco veces, como en el resto de equinodermos, su cuerpo tiene externamente un único eje simétrico.
Las holoturias, básicamente detritófagas, utilizan estrategias defensivas sorprendentes, como expulsar vísceras y filamentos pegajosos para confundir a sus atacantes.
De aspecto vegetal –por eso comúnmente reciben el nombre de lirios de mar o estrellas plumosas.
A diferencia del resto de equinodermos, la mayoría de crinoideos son filtradores, tienen la boca mirando hacia arriba y viven sujetos al sustrato, lo que logran gracias a un pedúnculo flexible, de forma pentagonal o circular, compuesto de diferentes placas discoidales.
El cuerpo de los crinoideos tiene forma de cáliz, con cinco brazos ramificados y recubiertos de púas.