En 1900 se produjo un acontecimiento que cambió, no solo la dirección de la teoría evolutiva, sino de toda la biología del siglo XX
Se descubieron las leyes de la herencia propuestas por Mendel y, con ellas la existencia de genes que determinan la herencia
La consecuencia casi inmediata, fue la aparición de dos nuevas teorías
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Teoría cromosomica de la herencia
Señala la localización de los factores hereditarios en los cromosomas
Saber que los cromosomas son los factores hereditarios, ayudó a comprender cómo la reproducción sexual favorece la recombinación genética y aumenta la variación al interior de los individuos y las especies
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Teoría de la mutación
Indica los cambios que se producen en los factores hereditarios
El descubrimiento de la mutación permitió explicar cómo se origina la variación que existe dentro de las poblaciones
Así, la diversidad de colores del iris de los humanos surgió por mutaciones del gen original de tonos marrones
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Con esto la teoría de Darwin tuvo un nuevo impulso: si hay factores hereditarios que determinan la herencia de los caraceres, los cambios en dichos factores originarán cambios heredables en los caracteres, es decir, evolución
En 1937, Theodosius Dobzhansky recuperó, en su obra Genética y origen de las especies, las ideas de Darwin aunque con un mayor soporte científico
El resultado fue la denominada teoría sintética , que se basa en que la unidad evolutiva no es el individuo sino la población
La selección actúa sobre el individuo, pero la población evoluciona y complementó la de Darwin con los siguientes postulados
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La reproducción diferencial es el mecanismo que produce la selección
La evolución se produce por un cambio gradual de la constitución genética de las poblaciones