Martí, nacido en Cuba en 1853, fue incasable en su lucha por la independencia de su país y la de Puerto Rico, las dos últimas colonias americanas que se independizaron del imperio español. Además de hacerlo por la independencia cubana, su lucha también es contra Estados Unidos. Afirmaba que la independencia cubana contribuiría al “equilibrio del mundo” y frenaría la diseminación del imperio norteamericano sobre las tierras americanas.
En sus aspectos ideológicos la filosofía martiana está inspirada en el krausismo y en su aspecto político en el liberalismo del siglo XIX, de los constitucionalistas norteamericanos y franceses.
De sus escritos, uno de los que ha tenido mayor relevancia es el ensayo “Nuestra América”, de corte filosófico y político, escrito en 1891, en el mostraba su visión de la América mestiza, un análisis de la problemática de la Región y algunas perspectivas de las posibles soluciones. Hace un llamado a la unión de los pueblos hispanos para contrarrestar la amenaza representada por USA, como imperio dominante, y para la defensa de la soberanía latinoamericana, justificando el derecho de los pueblos a la lucha armada, a una “guerra generosa y breve”, en su búsqueda de libertad, de progreso y de felicidad.