La actividad física es un hábito saludable del que se habla con frecuencia, recalcando su importancia y los beneficios que aporta a las personas. Asimismo, el dormir bien es otro hábito saludable al que en ocasiones no le prestamos la atención necesaria y olvidamos lo indispensable que es tener un sueño reparador y de calidad para el buen funcionamiento de nuestro organismo. La actividad física y el sueño suficiente, además de ayudar a la salud, contribuyen al rendimiento académico de niñas, niños y adolescentes; mejoran el compromiso en la escuela, incluyendo la entrega a tiempo de actividades, el disfrute de las lecciones y el aprendizaje autorregulado. Después de realizar actividad física la atención y la memoria son mejores, así como la ejecución de las funciones cerebrales y la capacidad aeróbica, la cual ha demostrado tener efectos positivos en el desempeño académico. Las alumnas y los alumnos que tienen un sueño adecuado también incrementan su capacidad de memorizar y de focalizar la atención, se enferman menos y optimizan sus estrategias cognitivas.