Se caracteriza por ser muy estricto y riguroso. Los alumnos estudian durante todo el año, en ocasiones acuden siete veces en la semana a la escuela y gastan más de 12 horas al día asimilando nuevas teorías y conceptos, bien sea en el colegio o en la casa. Esto se debe en parte a la gran presión que es impuesta por sus padres y por la cultura surcoreana: el éxito no es una cuestión de talento, sino de trabajo duro, el cual desemboca en excelentes resultados en las pruebas internacionales, especialmente en los módulos de pensamiento crítico y análisis.Read more: http://www.youngmarketing.co/cuales-son-los-modelos-educativos-mas-sobresalientes-del-mundo/#ixzz3opi0YfJx
Se caracteriza por ser exigente, pero al mismo tiempo flexible. Los estudiantes solo pasan alrededor de 5 horas en la escuela y no deben realizar tareas en la casa. Esto se debe en parte a que el sistema finlandés propone un aprendizaje basado en la experiencia: se promueven múltiples actividades extracurriculares, que se realizan en la misma localidad y que buscan fomentar los talentos dependiendo los intereses de cada alumno. En este escenario, la escuela se convierte en un centro comunal: muchos colegios cuentan con salones de juego, espacios de recreación y lugares que fomentan la colaboración.
Una de las razones por las cuales Japón es considerado uno de los mejores modelos educativos del mundo es su alta inversión en tecnología. Cuenta con un sistema organizado y un currículo académico estandarizado que se aplica de igual forma en cualquier institución. Esto tiene un único fin: asegurar que todos los estudiantes reciban la misma educación y disminuir la brecha de conocimiento cuando se aplican diferentes metodologías. Por otro lado, en Japón los alumnos pasan aproximadamente 240 días al año en la escuela, un tiempo significativo en comparación a otros países. Además, la mayoría de los estudiantes japoneses reciben tutorías personalizadas complementarias los días no hábiles.
Desde el año 2013, en Holanda se comenzó a implementar el modelo educativo ‘para la nueva Era’ creado por Steve Jobs, que propone un aprendizaje autónomo, donde el estudiante es quien establece sus propias metas guiado por el maestro. Este sistema integra la tecnología como parte fundamental dentro su currículo académico, con la finalidad de que los alumnos puedan, por un lado, acceder a contenido multimedia, interactivo y lúdico que enriquezca su proceso individual y, por el otro, conozcan herramientas digitales que faciliten la comunicación con sus pares y profesores. Fomentar la colaboración, la independencia del estudiante y el uso de las TIC’s son las características más destacadas del modelo educativo holandés.
Una de los elementos clave que hay que resaltar es que Canadá cuenta con uno de los índices de graduados de la Universidad más altos del mundo. Esto se debe en parte a que la inmigración de estudiantes al país es un proceso sencillo, la educación superior es asequible y el costo de vida para los alumnos es bajo. Además, las universidades canadienses se enfocan en la investigación, generando así oportunidades para que los egresados desarrollen proyectos medio ambientales, de agricultura, tecnología, entre otros, respaldados por entidades públicas y privadas.