Céntrate en lo que sucede, sin tiempo ni espacio para otras
disertaciones.
En el cuento no hay lugar para largas descripciones o extensas
divagaciones.
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2. No quieras abarcarlo todo
El cuento debe ocurrir en un espacio de tiempo breve, tener pocos personajes y una localización principal.
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3. Busca una idea y simplifícala
Toda idea puede simplificarse siempre.
Para ello, busquemos el instante con mayor fuerza, el momento de impacto
de la historia.
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4. No lo cuentes, muéstralo
Para narrar la historia tenemos que centrarnos en el instante, en la
acción.
Mostremos lo que ocurre, demos imágenes, enseñemos la historia a través
de la acción.
Un cuento no es un resumen de una historia, sino una historia en sí.
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5. Mantén la estructura
Todo cuento ha de tener una introducción, un nudo y un desenlace.
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6. No lo des todo, sugiérelo
En el cuento es tan importante lo que se dice como lo que se calla. Deja cosas implícitas en la acción. Permite que el lector lo deduzca.
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7. Cada frase cuenta
El cuento implica poco espacio, pocas palabras, aprovéchalas bien.
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8. Mantén el suspense
No des toda la información al inicio. Dosifícala y lleva al lector hasta
la última palabra.
Intenta que al final del texto haya un giro, un golpe de efecto, una sorpresa que dé un nuevo sentido al texto.
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9. Impacto posterior
Lograr que el cuento deje huella en el lector. Para ello, la última frase es fundamental.
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10. Ambienta con poco
Cada palabra te ayuda a construir la atmósfera. Elígelas con cuidado.
Para ambientar un texto muy corto, usa el tono, el narrador, el lenguaje y selecciona las palabras adecuadas.
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11. La importancia del título
Cada palabra cuenta
El título es un espacio extra que puede resultar muy útil. Lo
ideal: que sugiera, intrigue y arroje una nueva luz sobre el texto una
vez se haya terminado su lectura.