Los alemanes comenzaron inmediatamente a perseguir a los judíos polacos. En la primavera de 1940, los ejércitos nazis ocuparon la mayor parte de Europa occidental, en una campaña fulminante seguida, un año después, por la conquista de la península balcánica. El exterminio sistemático masivo de judíos, conocido eufemísticamente como la “Solución Final”, comenzó en junio de 1941, después de que Alemania atacó a su anterior aliado, la Unión Soviética, y comenzó a conquistar grandes extensiones de su territorio.
Adolf Hitler veía en los judíos enemigos ideológicos y un peligro para la raza “aria”, para Alemania y para el mundo en general. También los percibía como los principales responsables de la democracia, el liberalismo y el socialismo –ideologías diametralmente opuestas a sus propias convicciones. Por ello, como Führer (líder) de Alemania se concentró en destruir a los judíos y proyectó establecer en Europa y en el mundo el dominio alemán basado en los principios raciales nazis.
Las primeras masacres de judíos en la Unión Soviética fueron perpetradas por los Einsatzgruppen, unidades regulares del ejército, diversos cuerpos policiales y colaboracionistas locales. Al poco tiempo, Adolf Hitler resolvió extender los asesinatos masivos de judíos a toda Europa. Su régimen estableció campos de exterminio donde millones de judíos fueron aniquilados. Pero hacia fines de 1942 la suerte de Adolf Hitler comenzó a cambiar. El ejército soviético empezó a ganar las batallas en el frente oriental, y en 1943 y 1944 los Aliados (Estados Unidos se había incorporado a la guerra en diciembre de 1941) estaban derrotando a los alemanes en los frentes del sur y el oeste. Adolf Hitler culpaba a otros por sus fracasos y en 1944 un grupo de sus generales intentó asesinarlo, sin éxito. Mientras Alemania perdía más y más batallas y la derrota militar se hacía cada vez más inevitable, Adolf Hitler continuaba con la “Solución Final”. El 2 de abril de 1945 todavía se vanagloriaba de estar logrando el exterminio del judaísmo europeo. Menos de un mes después, el 30 de abril de 1945, se suicidó junto con su esposa Eva Braun en su búnker de Berlín.
Reaccion de los Alemanes