ANTECEDENTES
El proceso revolucionario que se gestó en América del Norte (en el litoral del Océano Atlántico) hacia la segunda mitad del siglo XVIII fue encabezado por los habitantes de las 13 colonias inglesas, como respuesta a las medidas políticas y económicas que impuso Jorge III, rey de Inglaterra. Tras diversas acciones de rechazo- no del todo atendidas- a las mismas, por el gobierno inglés, los colonos –dirigidos por personajes como Thomas Jefferson, George Washington, Benjamín Franklin, y otros- decidieron declarar su independencia el 4 de julio de 1776 y constituir el primer país libre del continente americano: Estados Unidos de América.
Las medidas que impuso a los colonos el gobierno inglés al concluir la Guerra de Siete Años con Francia.
La consolidación política, social y económica que los colonos lograron por las libertades que la Corona les había otorgado inicialmente, mismas que ya han sido esbozadas en líneas anteriores.
La influencia de las ideas de la Ilustración, a las cuales recurrieron los colonos para oponerse a las nuevas disposiciones y justificar la lucha contra la Corona inglesa. Recuerda que dichas ideas ya fueron referidas en la visión de conjunto de esta unidad de estudio.
En 1774, los colonos se reunieron en el Primer Congreso de Filadelfia. Decidieron mantenerse fieles al Rey, pero cerraron el comercio con Inglaterra. El 19 abril de 1775, fueron derrotados por los ingleses en la batalla de Lexington y Concord. En mayo de 1775, se reunieron en el Segundo Congreso de Filadelfia. Aquí se decidió la guerra contra Inglaterra y se nombró a George Washington como jefe del ejército patriota. El 4 de julio de 1776 se firmó la Declaración de Independencia de EE.UU. El 7 de octubre 1777, los colonos ganaron la batalla de Saratoga y el 19 de octubre de 1781, triunfaron en la decisiva batalla de batalla de Yorktown. El 3 de setiembre de 1783, con la firma de la Paz de Versalles, Inglaterra reconoció la Independencia de EE.UU.
Esta guerra en América fue una extensión de la que se dio en Europa, como resultado de la rivalidad económica entre ambas naciones y los conflictos por la definición de los límites de sus posesiones coloniales al norte del continente americano. Con el apoyo de los colonos, las tropas británicas vencieron a las francesas, y por esa razón, Francia tuvo que ceder a Inglaterra la región de Canadá y a España la región de la Louisiana. Inglaterra no sólo obtuvo una porción de territorio cuyo control deseaba ejercer aún en contra de las ambiciones e intereses de los colonos, también heredó un déficit financiero que quiso sanear mediante la imposición de medidas políticas y económicas que afectaban a aquéllos.