En comparación con la filtración, los procesos de separación mediante membranas eliminan del agua sustancias de un tamaño significativamente menor (p. ej. virus o iones disueltos).
Las fuerzas impulsoras de separación pueden ser, por ejemplo, diferencias de concentración o de presión entre ambos lados de la membrana.
En el tratamiento de aguas se emplean los siguientes procesos de separación mediante membranas:
Ultrafiltración
Microfiltración
Nanofiltración
Ósmosis inversa
La diferencia de presiones (denominada presión transmembrana) aumenta en el orden indicado anteriormente. Al mismo tiempo disminuye el límite de separación (tamaño de las menores sustancias separables). El agua depurada se denomina permeato y la fracción del agua bruta retenida recibe el nombre de retentato.
La separación se basa en la exclusión de tamaño,
donde las partículas mayores que el tamaño de los poros son retenidas por la
membrana y partículas más pequeñas que el tamaño de los poros pasan a través.
La ultrafiltración (UF) es una técnica de separación de membrana impulsada por presión utilizada para separar partículas, como sílice coloidal y especies solubles de peso más alto-molécula de la solución.
Usada para una amplia variedad de aplicaciones:
desde el desalado de agua de mar para la generación de agua potable y energía eléctrica hasta el pretratamiento de maquillaje para calderas y sistemas de torres de refrigeración.
La ósmosis inversa es especialmente importante, esta operación básica permite obtener agua de alta pureza. Esto es necesario para muchos procesos industriales. Otro ejemplo de aplicación es la desalinización de agua de mar.