las principales cuestiones son la soberanía de la Franja de Gaza y Cisjordania, el estatus de la parte oriental
de Jerusalén, de los Altos del Golán y de las Granjas de Shebaa, el destino de los asentamientos israelíes y
de los refugiados palestinos, el reconocimiento de Israel y Palestina y de su derecho a existir y vivir en paz al
abrigo de amenazas y actos de fuerza, así como la relación de Israel con Siria y el Líbano.
El comienzo
Durante varios siglos, el pueblo judío vivió dividido en varios países del mundo, especialmente en Europa, en
lo que se conoce por Diáspora. La convivencia de éstos con el resto de europeos no siempre fue fácil, las
persecuciones y pogromos especialmente en la Europa del Este a finales del siglo XIX fueron determinantes
para la aparición y auge del sionismo político, que reclamaba un Estado propio para todas las comunidades
judías dispersas por el mundo.
Israel
tratados de paz
Egipto y Jordania
alto el fuego
Líbano, Siria y Arabia Saudí
La partición de Palestina y la creación de Israel
En aquel tiempo, gran parte de Oriente Medio estaba bajo control británico, con intereses en el Golfo
Pérsico y con bases aéreas en Irak. De los estados limítrofes con Palestina, Líbano y Siria habían sido
liberados del Mandato francés en 1943 y 1946 respectivamente. Egipto mantenía relaciones
importantes con los británicos debido al tratado de 1936, cuyo elemento más importante era la zona
del Canal de Suez. Transjordania se independizaría en 1946, pero estaba estrechamente vinculada a
Gran Bretaña
Ocurrio
Primera Guerra Mundial
SegundaGuerra Mundia
Annotations:
En 1914 el Imperio otomano decidió entrar en la Primera Guerra Mundial y el gobierno británico empezó a ver al movimiento sionista como un posible aliado en una guerra que parecía desarrollarse mal para los aliados. Hacia 1917, David Lloyd George y Arthur Balfour, primer ministro y secretario de exteriores respectivamente, buscaban alianzas que pudieran mejorar el curso de la guerra. Se consideró entonces que los judíos podrían ser doblemente útiles, ayudando a sostener el frente oriental y estimulando el esfuerzo bélico estadounidense. Fue así como se produjo el 2 de noviembre de 1917 la Declaración Balfour, por la que el Reino Unido se declaraba favorable a los planes sionistas de creación de un hogar nacional judío en Palestina. La victoria sobre los otomanos dejaría al gobierno británico con el control de Palestina en los siguientes treinta años, en forma de Mandato de la recientemente creada Sociedad de Naciones.
Durante la década de 1920 el número de judíos en Palestina se incrementó notoriamente: en 1922 su número era de 83.790 sobre una población total de 752.048; en 1929 había 156.481 en una población total de 992.559, duplicando su población en siete años. La inmigración judía se canalizaba a través de la Organización Sionista Mundial, cuya figura principal era Jaim Weizmann, y vinculada con la Agencia Judía para Palestina, que ejercía como un gobierno para los judíos de Palestina, comprando tierra y construyendo escuelas y hospitales. La principal figura de la organización hacia la mitad de los años treinta era David Ben Gurión. La filosofía de Ben Gurión y sus colegas era la de construirSion, forjando una nación judía. Los árabes no poseían instituciones similares a las que los judíos estaban desarrollando, debido al feudalismo que aún existía y que permitía a los clanes más poderosos dominar a la mayoría de la población, destacando los continuos enfrentamientos entre los Husseinis y Nashashibis.
Palestina estuvo relativamente tranquila entre 1922 y 1928, momento en que se desató la violencia en Palestina en forma de enfrentamientos entre árabes y judíos y entre los propios árabes en la Barrera Oeste de Jerusalén. En agosto de 1929 estos enfrentamientos se saldaron con lamatanza de Hebrón, de Safed y de otras comunidades judías palestinas en 1929. El resultado de estos incidentes fue la muerte de 133 judíos y 116 árabes, y una reinterpretación a la baja de la Declaración Balfour y de las aspiraciones sionistas: dos comisiones británicas, bajo el mando de Walter Shaw y John Hope-Simpson, intentaron redefinir la política británica en Palestina, identificando el miedo de los árabes ante la inmigración y la compra de tierras por parte judía como principal causa de las dificultades entre ambas comunidades. La recomendación de Hope-Simpson de que las características del territorio sólo admitirían 20.000 inmigrantes judíos más, provocó el rechazo de los sionistas. Sin embargo, en febrero de 1931, el Primer Ministro británico Ramsay MacDonald escribió a Weizmann indicándole que su gobierno no tenía intención de prohibir la inmigración judía, debido principalmente a que la situación en Palestina parecía haberse calmado nuevamente. Sin embargo, esta calma relativa no duraría mucho tiempo: el desarrollo político europeo cambiaría por completo el conflicto árabe-israelí. El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler llegó al poder en Alemania y en marzo ya había asegurado su dictadura.