La ciencia que estudia el parentesco, las relaciones y la historia evolutiva de los seres vivos se conoce
con el nombre de sistemática. Mediante ella, los científicos han podido establecer el origen y la evolución
de algunas especies y grupos biológicos con el apoyo de otra disciplina, la taxonomía, que es el campo de
la ciencia que se ocupa de describir y nombrar la diversidad de seres vivos que existe en la naturaleza.
Los primeros sistemas de clasificación
El filósofo griego Aristóteles (384-322 a. C.) fue uno de los primeros en clasificar organismos en categorías
a partir de sus características estructurales, del grado de desarrollo al nacer y de su comportamiento.
Estas categorías formaban una estructura jerárquica en la que cada categoría incluía a las que estaban
debajo de ella.
La nomenclatura linneana
En el sistema de clasificación propuesto por Linneo, cada especie recibe un nombre único de origen latino que se
escribe en cursiva y consta de dos partes: la primera parte del nombre de la especie corresponde al género, el cual se
escribe con la letra inicial en mayúscula, y la segunda parte se refiere al epíteto específico, el cual se escribe en
minúscula. Cada nombre científico es único, lo que hace posible el reconocimiento de un organismo
independientemente del idioma y del lugar donde se encuentre.
EJEMPLOS:
El lobo, el chacal y el coyote son mamíferos que pertenecen al mismo género, Cannis, pero a
diferentes especies.