El niño es
sostenido por
la mano de
uñas rojas de
su mamá,
mientras el
cuelga dentro
de un pozo
Su mamá intenta salvarlo, mientras se
sostiene de un tubo que cruza el brocal
de lado al lado y sus piernas
sostenidos en el brocal como una
heroína.
Ella suda
y llora.
Las piernas de
su mama pierden
el apoyo y
resbalan hacia el
interior del pozo
Un lugar en
el
cementerio
de los
héroes…
-dice él
acercando
la mejilla a
una de las
piernas
colgantes
de su
mamá.
¿Podemos
soltarnos
ya?
El cementerio de los
héroes muertos se
halla muy cerca de
casa.
Allí las tumbas son
una pared blanca con
celdillas como panal
donde meten los
cadáveres
En la pared están cincelados
los nombres de personas y
fechas en que intentaron ser
héroes. Bajo cada nombre
había una historia. Él y su
mamá las leyeron muchas
veces.
EL SUELO
Había un
rumor de que
el suelo se
abría
El niño
tenía
miedo y
siempre
miraba
hacía
abajo.
Iba detrás de su
primos y de sus
tías por un
sendero del
parque
De
pronto ya
estaba
hundido
hasta las
rodillas
Por el
susto
tardó
en
gritar
Poco a poco se
fue
hundiendohasta
desaparecer
A pesar de
ello él se
sentía
abrazado y
querido por
la tierra
Se sintió
querido como
nunca antes
Sus primos y
tías, pero pero
no miraron
hacia abajo al
pasar por su
lado
Pensó que
quizá por
eso los
muertos
nunca
vuelven de
ahí abano
LAS
HUELLAS
Todos los
días era la
misma
rutina.
El niño se
descalzaba y
ponía su pie
sobre la arena
Era como se
despedía de
su hermano
Hace meses
empezó con lo
de las huellas
Había dejado
dibujada su planta
del pie en una hoja
blanca sobre la
sepultura de su
hermano
Cuando llegó de la escuela
comprobó si la huella en el arenero
seguía siendo la suya.Tenía la
esperanza de encontrarse con otra
huella
Tiempo atrás en la playa, su padre les había hablado
a él y a su hermano de los rastreadores “esa gente
encuentra cualquier cosa” y ahí quedaron de recordar
siempre sus huellas, para poder ser encontrados
No pudo dormir
durante esa noche
al recordar ese
tiempo en la playa
cuando cubrió por
completo a su
hermano de pies a
cabeza, y él no salió
solo.
Mientras tanto a nadie se le
había ocurrido preguntarle a la
niña por qué sentía miedo
Al día siguiente sus papás salieron a
buscarlo siguiendo sus huellas blancas
que atravesaban el jardín y desaparecían
bajo un montículo de tierra.
DOMINGOS
Sabía que era
sábado y vería
a su padre.
Su papá
siempre
tenía las
manos
frías.
En su día no hacían nada en especial.
Iban al mercado, al parque, a la biblioteca.
Lo que disfrutaban eran los trayectos.
El niño
prefería
los
espacios
abiertos
para que
el olor se
diluyera
Lo que más le
gustaba era
sentarse en las
piernas de su
papá, como
cuando era
pequeño.
Desde los primeros
encuentros el hijo tenía
preguntas que se le
quedaban en la lengua
¿Cómo juegas? ¿Cómo
duermes? ¿Cómo
comes?
¿Cómo respiras?
Se atrevió a
preguntarle en una
ocasión. Aspiro y
espiró primero y
luego lo hizo con
mayor rapidez y
cada vez más
ruidosa, como si
fuera un ferrocarril.
Cuando terminaba el sábado llegaba el domingo, el día que le
correspondía a él visitar a su papa…en el cementerio.
ROBACHICOS
La niña le tiene miedo a todo porque
sabe que existen los robachicos pero
no sabe qué o quiénes son.
Todas las noches se despierta
espantada, pero sus papás le dicen con
ternura que todo está bien.
Una noche escucha un
ruido real, no el de sus
pesadillas.
Es un niño le dice que se
calle, tiene los ojos muy
abiertos, tiembla y el pelo se
le ha parado un poco.
Ella pregunta si él es el
robachicos.
Él niño tiene miedo de
los papás de la niña.
Desde cuando te
robaron murmura el
niño antes de salir al
exterior
Cuando la luz y las voces (sus papás) entran
a la recámara, la niña todavía está montada
en el marco de la ventana sin saber si saltar
hacia adentro hacia afuera.
REGRESEN
Todos vivían en paz, los papas y
los hijos en la ciudad y los
búfalos en el campo.
En algunas ocasiones lo búfalos
enloquecían y corrían. Cuando
terminaban de pasa no quedaba
nada vivo.
Normalmente se iban al
desierto, pero una vez se
fueron al pueblo.
Los papas estaban arreglando los tejados y
los niños jugaban en las calles. Donde
sonaban las risas sólo quedó el silencio
Los papás cavaron y
enterraron a sus
hijos. Lloraron tanto
que sus lágrimas
limpiaron a los hijos
y los hijos se
despertaron.
Los niños hicieron
que los padres
prometieran que
nunca los
olvidarían.
La historia
se repitió
nuevamente
Después de
muchos años,
los búfalos
regresaron y se
llevaron todo a
su paso. Los
papás buscaron
a sus hijos,
pero los búfalos
y los niños
habían
desaparecido.
Los padres
cavaron pero no
encontraron a
sus hijos
nunca.
LA HUIDA
Al principio no
se noto que las
cosas se
estaban yendo
de la casa
El niño descubrió que sus papás
si sabían porque desaparecían las
cosas, pues las coas estaban
pegadas y clavadas para evitar que
se fueran.
Sus papás no
ponían mucha
atención a lo que él
decía. Al irse a
dormir el niño no
sabía si esa noche
le tocaba a él
desaparecer como
las tantas cosas que
ya habían huido.