La vida y la muerte en la poesía de Miguel Hernández

Se da un discurrir dramático que comienza con la vida más elemental y poco a poco se desliza por la pendiente de la tragedia.
Primeros poemas hay despreocupación consciente, la vida y la obra van por caminos separados.
1. Proclamaba que le mundo estaba bien hecho. Su vitalismo percibe los objetos como vivos. Aquí no hay muerte.
Las tres heridas comienzan verse en El rayo que no cesa, donde la vida es muerte por amor.
1. La vida amenazada por fuerzas incontrolables y el amor marcado por un sino sangriento.
  1. El amor y la muerte se plasman en el toro y la sangre
En la elegía a Sijé hay rabia y malestar inconsolables.
1. La concepción de Hernández es: vivir es amar, penar y morir.
Con la Guerra adquiere un tono combativo en Viento del pueblo. Se convierte en parte de la lucha por la victoria.
1. El optimismo inicial deriva en dolor y pesimismo por la dilatación y crudeza del conflicto.
  1. En el hombre acecha donde los muertes pasan de héroes a victimas
En Cancionero y Romancero de ausencias los poemas se oscurecen definitivamente con el desengaño y la carencia de todo
1. La muerte de su primer hijo, la pérdida de la guerra, el odio de la posguerra, la condena a muerte, la posterior soledad y enfermedad.
  1. Configuran este poemario de la desolación, cercano a la desnudez de la verdad más dura.

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