Freud describió la niñez media como un periodo de latencia en la que los niños
pueden canalizar su energía emocional hacia las relaciones con los compañeros,
a actividades creativas y al aprendizaje.
Una meta esencial de la crianza
consiste en mejorar la conducta
autorregulada del niño.
Los niños que crecen en una familia pobre de un
solo progenitor corren muchos riesgos: bajo nivel
socioeconómico, hacinamiento, cambio frecuente
de domicilio, comidas demasiado frugales y poco
nutritivas, falta de atención médica.
Erikson propuso que lo esencial de la niñez media es
el conflicto de laboriosidad frente a inferioridad.
La mayoría de ellos adquieren un apego
seguro con un progenitor o abuelo durante el
primer año de vida; si esa persona se ausenta,
encontrarán a otra que les brinde apoyo
emocional.
Los niños resistentes logran
desarrollarse bien incluso en un
ambiente desfavorable.
. Según Maccoby, el niño se adapta de manera óptima
cuando sus padres favorecen la corregulación, es decir,
cuando paulatinamente van generando la cooperación y
comparten la responsabilidad en previsión de la
adolescencia.
Las familias adaptables y cohesivas, con patrones de
comunicación abierta y con buenas habilidades para resolver
problemas están en mejores condiciones de sobrellevar las
situaciones estresantes.
Algunas veces el apoyo social ayuda a
las familias de un solo progenitor a
romper el círculo vicioso de mala
situación económica, depresión de la
madre y los efectos psicológicos que
esto tiene en el niño.
Estos problemas afectan su
salud psicológica y su desarrollo
intelectual.