Familia y escuela, escuela y familia.
Ambas realidades son clave para el
desarrollo y educación del niño, y ambas
están permanentemente presentes en
su desarrollo evolutivo
Ambas realidades educan, y lo
hacen, conforme a lo descrito
en los conceptos de educación
formal e informal, de diferente
modo
La escuela está ligada a la
educación sistemática, planificada,
vinculada a una institución escolar y
conducente a una certificación
oficial, conforme a las leyes
educativas de una autonomía y
país.
En la familia, la educación se
produce de forma espontánea, en
muchas ocasiones no intencional,
fruto de la vida familiar y de las
interacciones personales que en
ella se producen, mediadas de
forma radical por la relación
afectiva entre sus miembros.
por tanto, si la educación en la
escuela está marcada por la
homogeneidad, en las prácticas
educativas familiares no se da
tal característica, ya que surgen
de las interacciones diarias y
responden a situaciones
diversas vinculadas a la realidad
particular de cada familia.
Desde este punto de vista, toda
práctica educativa, y por tanto
cualquier proceso de
enseñanza-aprendizaje, bien sea en el
ámbito escolar o en el familiar, ha de
atenderse desde una perspectiva
amplia y que nunca permita olvidar
que todo alumno es hijo y miembro de
una familia, y que todo hijo, miembro
de una familia, es alumno en el entorno
escolar. Por tanto son contextos
educativos, si se permite expresarlo
así, «condenados a entenderse» para el
éxito de la educación global e integral
del niño
En resumen, lo ideal, porque
resulta potenciador desde el
punto de vista educativo, es que
familia y escuela se relacionen e
intercambien experiencias. En
este sentido, las Escuelas de
Padres son un germen de
cooperación, enriquecimiento y
al mismo tiempo de formación,
totalmente pertinentes para
que ambos contextos
educativos vayan en la misma
dirección.
Relaciones
familia-escuela
En este sentido es vital que exista el
diálogo entre familia y escuela, y para
que exista dicho diálogo es importante
que se den simetría y reciprocidad, es
decir, que se hable desde la igualdad, que
haya deseos de formar, pero que exista
también mucha escucha y ausencia de
enfrentamiento.
La realidad ha sido en muchas
ocasiones (y sigue ocurriendo en la
actualidad) que la relación entre la
escuela y la familia ha estado
únicamente basada en la traslación de
información sobre el rendimiento
escolar (comunicación de calificaciones
de los alumnos, tutorías de evaluación,
etc.). Esto ha provocado que en
numerosas ocasiones no se haya dado
un verdadero encuentro personal, y que
los flujos de comunicación no hayan sido
recíprocos sino unidireccionales, desde
la escuela a la familia.
Escuela y familia han de complementarse, pero
cuidado, no hay que confundir aquí dos conceptos que
nada tienen que ver en su significado: complementarse
y delegar no es abandonar, por parte de la familia, las
responsabilidades educativas que le son propias, que es
lo que desafortunadamente caracteriza hoy en muchas
ocasiones la relación entre la institución familiar y
escolar, con la desautorización de los agentes
educativos que esto supone, y la tremenda barrera que
se genera y que impide una adecuada comunicación e
interacción entre ambas, que ya hemos reiterado en
varias ocasiones, como condición s ine qua non para el
éxito de la labor educativa.
Analizando la normativa vigente, la actual LOMCE
(BOE 295, 10 de diciembre de 2013), en su
preámbulo II, establece: «La realidad familiar en
general, y en particular en el ámbito de su
relación con la educación, está experimentando
profundos cambios. Son necesarios canales y
hábitos que nos permitan restaurar el equilibrio
y la fortaleza de las relaciones entre alumnos y
alumnas, familias y escuelas. Las familias son las
primeras responsables de la educación de sus
hijos, y por ello el sistema educativo tiene que
contar con la familia y confiar en sus decisiones».
Santo Tomás de Aquino que hablaba del carácter de delegación
entre la familia y la escuela en materia de educación. La educación
es un derecho y prolongación natural, en este sentido, de la
generación y la nutrición, y los maestros hacen las veces de los
progenitores en el entorno académico, como prolongación de esa
educación. En este sentido, los padres delegan en la escuela la
formación de sus hijos en aquellos aspectos intelectuales a los que
no pueden llegar. Y por tanto, los maestros han de «hacer puentes,
no túneles». Del mismo modo, la familia ha de colaborar en esa
conexión y aprovechar esos cauces de comunicación y contacto que
se establezcan desde la escuela.
La escuela y la
sociedad de la
información
La escuela debe mantener una actitud
de apertura a la sociedad de la
información, con el fin de educar
para esa sociedad y en esa sociedad
de la que forma parte. Se mantienen
vigentes ideas de hace ya varias
décadas, que aunque hoy hay que
puntualizar y ampliar, reclaman lo
que la escuela debe tener presente
en su labor hoy en día.
Ferrés, ya en el año 1994 (p. 15), afirmaba: «Si una escuela
no enseña a ver la televisión, ¿para qué mundo educa? La
escuela tiene la obligación de ayudar a las nuevas
generaciones de alumnos a interpretar los símbolos de su
cultura».
Hemos escuchado calificar en muchas ocasiones a la
televisión como la «caja tonta», cuando bien utilizada puede
convertirse hoy, gracias a prestaciones como las Smart TV,
con posibilidad de elección del idioma, programaciones
pedagógicas específicas y mayor diversidad y oferta de
contenido, en un recurso educativo. Y, de hecho, educa,
desde el momento en el que transmite información; ahora
bien, en la mano de los agentes educativos está que lo haga
de la forma correcta.
objetivos principales en la educación
Formar un espíritu crítico, para evitar la manipulación e influencia negativa de la
información que trasmiten.
Conocer cómo funcionan, su código simbólico y sus características
Incorporarlos en la medida de lo posible en el proceso de enseñanza-aprendizaje, para
potenciar su poder de transmisión y canalización de información de una forma adaptativa y
positiva para el aprendizaje.
El papel de los
medios de
comunicación
Los medios de comunicación se constituyen como el
elemento instrumental para la transmisión de
información, y en el contexto que aquí nos ocupa, es
necesario tomar conciencia de ellos como recursos de
educación, explotando sus potencialidades pedagógicas,
especialmente en lo relativo a conectividad,
comunicación y acercamiento de la escuela, familia y en
general toda la sociedad
Telefonía móvil
La existencia de apps que
permiten versiones portables de
cualquier tipo de información y
medio de comunicación supone
también mayor flexibilidad,
facilidad e inmediatez en el
acceso a la información.
La comunidad escolar no puede eludir la influencia de los medios de
comunicación, especialmente en los procesos de educación informal de
los alumnos, y por tanto debe incorporarlos a la práctica educativa,
enseñando su uso correcto
Redes sociales y plataformas de
gestión/información, correo
electrónico y páginas web
l correo electrónico y las páginas web de
los centros escolares permiten, además de
una acción ecológica, evitando las
circulares o cartas ordinarias, y ahorrando
así en el consumo de papel, una
comunicación más fluida y directa entre
familia y escuela, y entre centro educativo
y sociedad en general, siendo las web de
los centros su carta de presentación a la
sociedad y el escaparate donde pueden
mostrar sus servicios, proyecto educativo,
actividades
Televisión y radio
educar en el sentido crítico a la hora de ver
la televisión, y sobre todo realizar una labor
importante desde la familia en su tiempo de
consumo, etc., son cuestiones que no
pueden dejar de tenerse en cuenta. Así
pues, resulta tendencioso establecer
asociaciones directas entre televisión y
fracaso escolar, y más bien lo que hay que
hacer es establecer relaciones entre el
fracaso escolar y la forma de consumo
televisivo, horarios, contenidos,
Prensa y medios escritos
la diversidad de prensa escrita digital
facilita la comparación de diversos
enfoques de la información, que debe ser
interpretada y canalizada con sentido
crítico para poder ser comprendida de
forma correcta y evitar manipulaciones