La web 4.0, el Internet de 4ª Generación o el Internet Contextual aún
está comenzando a dar sus primeros pasos. A pesar de encontrarse en
sus inicios, muchos estadistas tienen claro hacia dónde dirige esta
nueva evolución de la web: hacia un mundo donde el 10 % de la
población contará con alguna prenda de ropa conectada a la Red. En
definitiva, hacia el Internet of Everything.
WEB 1.0 Es la primera web de todas, aquella que se desarrolló a lo largo del siglo
XX. Por ello, es la versión con el diseño más básico, la conocida por ser el Internet
de los usuarios o navegantes. Durante este periodo, los contenidos eran estáticos
y no se podían crear materiales nuevos, pues todo estaba en manos del
webmaster.
WEB 2.0 Es la primera web que aparece en este
recién estrenado siglo, una importante
evolución con respecto a la anterior. En esta
nueva versión, Internet es mucho más social y
los usuarios pueden intercambiar contenidos e
ideas a través de diferentes plataformas, como
redes sociales, foros o blogs, entre otras. El
alcance de la web 1.0 fue bastante limitado,
pero la 2.0 supone una conquista global y llega
a millones de usuarios de todo el planeta.
WEB 3.0 Es Internet tal y como se conoce actualmente. También es conocida con el
nombre de web semántica. Se trata de una versión mucho más inteligente y
próxima a entender el propio lenguaje humano. Se caracteriza por un mayor uso de
los dispositivos móviles y herramientas como la famosa “nube”.
Los 4 pilares
fundamentales que
sustentarán esta nueva
web del futuro son:
Técnicas de Speech-to-text y comprensión del lenguaje natural. La
nueva web 4.0 podrá comprender el lenguaje humano y será capaz
de expresar la información escrita en hablada y crear una perfecta
representación semántica.
Nuevos modelos M2M o de comunicación máquina-máquina.
Los agentes inteligentes de la nube se podrán comunicar entre
sí y dejar la repuesta al agente más adecuado para ello.
Sentiment analysis o uso de la información de contexto. Se podrán usar
wearables que monitoricen determinados aspectos del ser humano, como
la tensión arterial o la temperatura corporal, para determinar la actitud
del usuario.
Nuevas formas de interacción con la persona. La web será capaz de ejecutar
acciones e interactuar, para dar respuesta a las necesidades de los usuarios, y
dejará de ser un mero almacén de la información.
La nueva web 4.0 va a suponer una importante revolución. Algo que se
podrá conseguir con ella es, por ejemplo, recibir un taxi en el punto donde
el usuario se encuentra, simplemente, ejecutando el comando de “querer
solicitar un taxi”.
Los dispositivos serán capaces de conectar directamente con el servicio de taxis, usando la
geolocalización de la persona en cuestión. Otros ejemplos son las alarmas ante la
alteración de determinados parámetros. Si un deportista sufre una subida en el ritmo
cardíaco, su smartwatch será capaz de alertar al centro médico más cercano; o, si un
altavoz inteligente, como Alexa, escucha visitas extrañas dentro del hogar, puede grabarlas
o incluso contactar con la policía.
Las posibilidades son, prácticamente, infinitas y todas ellas están enfocadas a favorecer la vida de los usuarios y hacer que cada una
de las cosas que tengan que hacer sea mucho más fácil, sencilla y rápida. La web 4.0 aún no ha llegado y ya está cambiando la forma
en la que las personas usan Internet. El futuro está más próximo de lo que parece y es mejor comenzar a familiarizarse con todo lo
que está a punto de traer.