¿Estaría usted dispuesto a conectar su
cerebro a un computador?
Meses atrás el empresario Elon Musk compartió sus planes de generar una interfaz denominada
NeuraLink, que inicialmente trataría enfermedades mentales. Sin embargo, no son pocos los temores
de que los sistemas se conviertan en herramientas para la superioridad de unos pocos. Tampoco
estos sistemas estarían exentos de ser puertas para ciberataques de dimensiones antes impensables.
Quiere una sociedad conectarse a la inteligencia artificial y a los robots para ir más allá de sus
limitaciones humanas?
Quiere ser la primera línea directa de conexión cerebro a cerebro “no invasiva y multipersonal para la
resolución colaborativa de problemas”. El sistema, que fue presentado en una publicación científica
en la revista Sci Rep, en abril de este año, permite que un receptor y dos mensajeros envíen señales
electromanéticas para orientar las decisiones en un juego de figuras similar a Tetris.
Mientras las señales cerebrales de los mensajeros son enviadas al receptor, esa persona, que no ve la
pantalla, toma decisiones sobre las piezas y luego recibe señales sobre si su decisión fue correcta o
no. La interfaz combina tecnologías de electroencelografía (un método para grabar la actividad
eléctrica generada por el cerebro a través de electrodos) con el almacenamiento de estimulaciones
magnéticas transcraniales.
Neuralink, del multimillonario Elon Musk, busca aprovechar las mejoras de los sistemas informáticos
aplicadas en el cerebro humano. En su intención de crear una plataforma cerebro-máquina completa,
el pasado mes de julio, Musk explicó que la interfaz se alimentaría a través de hilos ultradelgados con
docenas de sensores integrados e insertados en el cerebro.