Se denomina literatura de Guatemala a las obras escritas por autores guatemaltecos, ya sea en
cualquiera de los veintitrés idiomas que conforman el canon lingüístico del país, o en español. Aunque con
toda probabilidad existió una literatura guatemalteca anterior a la llegada de los conquistadores españoles,
todos los textos que se conservan son posteriores, y están además transliterados a caracteres latinos.
Miguel Angel Asturias
fue un escritor, periodista y diplomático guatemalteco que contribuyó al desarrollo de la literatura
latinoamericana, influyó en la cultura occidental y, al mismo tiempo, llamó la atención sobre la importancia
de las culturas indígenas, especialmente las de su país natal, Guatemala.
Leyendas de
Guatemala
fue el primer libro publicado del autor y ganador del premio Nobel Miguel Ángel Asturias. El libro es una
re-narración de cuentos y leyendas de Guatemala, el país natal de Asturias. Refleja los estudios de
antropología y de civilizaciones indígenas centroamericanas que el autor llevó a cabo en la Sorbona en París,
donde fue influenciado por la perspectiva europea.
Hombres de Maiz
es reconocida por muchos como su obra maestra.40 En la novela se aprecian las voces y los rostros del oprobio y la injusticia,
pero en términos de cruda explotación colonial. Para ello, lo más resaltable es que el autor logra, de forma casi sobrenatural,
acoplar el lenguaje y el ritmo de su prosa a los personajes que retrata, a sus fantásticas creencias, sus atávicas maneras y
costumbres.
Hombres de maiz
Miguel Ángel Asturias fue un abogado, periodista y escritor guatemalteco, nacido en la ciudad de Guatemala el 19
de octubre de 1899. Ganador de el Premio Nobel de Literatura en el año 1967, este escritor viajó por varias partes
de Europa pero jamás olvido sus raíces guatemaltecas, escribiendo su primera obra, Leyendas de Guatemala, en el
año de 1930. Luego, en el año de 1946 escribe uno de sus libros más famoso, El Señor Presidente, para luego
escribir Hombres de Maíz, libro que es considerado como parte del movimiento literario conocido como realismo
mágico. La historia narra la creencia del pueblo Maya-Quiché que el hombre viene del maíz, tal y como lo indica el
Popol Vuh.
Mario Monteforte Toledo
fue un escritor, sociólogo y político guatemalteco. Se graduó como abogado en 1938 en la Universidad de San
Carlos de Guatemala y como sociólogo en 1939 en la Universidad de la Sorbona. Militante destacado del
Partido Unificado de la Revolución, fue elegido diputado tras el derrocamiento, en 1944, del presidente y
dictador Jorge Ubico Castañeda.
Entre la piedra y la
cruz
Entre la Piedra y la Cruz es una novela del autor guatemalteco Mario Monteforte Toledo, escrita en 1948. La
misma trata sobre la vida de Pedro Matzar, desde su nacimiento hasta su emancipación, pasando por las
ilusiones de juventud y el desengaño de la vida adulta (Flores, 2009). El tono descriptivo y el desarrollo teleológico
de la estructura del libro parecieran acercarse a la escuela social realista, que fundamentó el indigenismo
latinoamericano de a mediados de siglo – el indigenismo entendido como el esfuerzo institucional para incorporar
al indígena al mundo occidental- (Flores, 2009).
Donde acaban los camiinos
Mario Monteforte Toledo es considerado uno de los grandes de la literatura guatemalteca. Nacido en 1911,
vivió tiempos convulsos en Guatemala: su familia se exilia cuando Estrada Cabrera es derrocado y llega a la
edad adulta cuando Ubico toma la presidencia. Hombre inquieto, estudio derecho y se enamoró de las letras,
practicó deporte, vivió en Europa, Estados Unidos, México, Cuba; fue un lector apasionado, gran admirador de
la poesía de Cesar Vallejo y de Joyce. Conoció a Rómulo Gallegos y a Miguel Ángel Asturias entre otros. A
través de su larga vida (falleció a los 91 años) acumulo muchas experiencias, varias de las cuales le sirvieron
de inspiración para a sus libros. Ejemplo de ello, su historia con Rosa Chavajay – una joven tzutuhil originaria
de San Juan La Laguna, Atitlán – de cuya relación nació su hija Morena, fue la base para una de sus
grandes obras: “Donde acaban los caminos”.
Esta historia que fue publicada en 1950 y llevada al cine en el 2004, siendo su guionista y director el
mismo Monteforte Toledo, describe los amores del doctor Raúl Zamora y María Xahil teniendo como marco
la Guatemala rural ese tiempo.
La cueva sin quietud
Autorretrato del autor, su deseo de navegar por los libros y países extraños, enamorado de los idiomas que
no entendemos. Es el niño consentido por la madre e ignorado por el padre, el joven impetuoso que monta
a caballo disfrutando la sensación del poder, el de los arranques de ira, el aventurero que transgrede el
mundo indio del «aparte son los ladinos, aparte los naturales» y pierde. En esta obra evidencia que el mundo
le quedaba chico y que lo amplió creando.
Augusto Monterroso
Narrador y ensayista, empezó a publicar sus textos a partir de 1959, año en que se publicó la primera edición
de Obras completas y otros cuentos, conjunto de incisivas narraciones donde comienzan a notarse los rasgos
fundamentales de su narrativa: una prosa concisa, breve, aparentemente sencilla que sin embargo está llena
de referencias cultas, así como un magistral manejo de la parodia, la caricatura, y el humor negro.
La palabra magica
En La palabra mágica, compendio de breves artículos multitema que la Editorial Navona vuelve a traer a las librerías dentro
de su colección ‘Los ineludibles’, el escritor hondureño y nacionalizado guatemalteco ofrece una amplia – pero reducida en
forma – visión de las cosas. Digo las cosas y me gustaría no tener que hacerlo pero no puedo acotar más. Estamos leyendo
cómo un libro se hace famoso o cómo es el trabajo del traductor y pasamos de repente a conocer la trágica vida de Horacio
Quiroga. Todo separado brevemente, dividido, algo así como lo que algunos han llamado fragmentarismo ontológico. Pero
hay algo en común en estos veinte ensayos: por un lado, que Monterroso siempre está presente, como si quisiera controlar
que nunca nos perderemos en ningún laberinto de ficción porque él, como Ariadna, está al otro lado manteniendo el hilo de
lo real; y por otro, que todo parte de una vida, sea la del propio autor o la de otro.