El alumno expondrá sus productos finales más artesanales y atractivos en una feria
de aprendizaje. En la feria por una parte comparte: explicará los procesos, dará a
conocer sus productos y tendrá que “venderlos” al público para conseguir más crédito.
Por otra parte, visitará otros stands y se enriquecerá del aprendizaje de otros
vendedores.
El sombrero blanco propone una idea viable dentro o fuera del
centro escolar, en horario escolar o fuera del mismo. El sombrero
rojo apuesta por actividades que activen la motivación del
alumnado. Que les lleven a crear a partir de los conocimientos
adquiridos para que, teniendo una motivación el aprendizaje sea
realmente significativo. El sombrero negro ve las dificultades
organizativas, de gestión y de implicación ante una propuesta tan
faraónica. El sombrero amarillo apuesta porque si el alumnado
se implica y le gusta el aprendizaje cambiará en su vida y su vida.
Si queremos resultados distintos, no podremos continuar
haciendo siempre lo mismo. El sombrero verde lanza la idea loca
de que sea el alumnado el que libremente escoja dentro del
currículum el camino por el que quiere trabajar en función de los
productos elegidos. Le insta a crear productos y prototipos
innovadores y emprendedores que puedan tener algún impacto
social y económico en nuestra sociedad.
Aún más disruptiva sería que el alumnado eligiese (dentro de la oferta) qué productos
quiere crear y aprender a crear. Así, la elección académica, científica o científica
tecnológica puede estar disponible desde etapas anteriores. Si se les pide que creen
prototipos que pudieran ser financiados por empresas externas como retos
emprendedores con impacto económico o social los resultados podrían ser brutales.
El alumnado encuentra que como resultado del proceso habrá un producto. Se
trata de SABER para SABER HACER. Además, al narrar y verbalizar la experiencia
conseguiremos que el proceso sea realmente significativo. Podrán desarrollar el
tipo de inteligencias y habilidades que en un sistema de enseñanza tradicional
está mermado. La evaluación será su propia evaluación de los hechos aprendidos
y los resultados obtenidos ¿Podría ser mejor? Si aumenta el interés y los
resultados van siendo motivadores, alimentaremos su hambre de conocimiento.
Idea VIABLE. Espacio: en el centro escolar (patio y pasillos anexos,
aulas y salón de actos) o en un espacio público de la ciudad.
Horario: dentro del horario de centro o fuera del mismo con las
autorizaciones y permisos pertinentes. Temporalización: podría
formar parte de una semana cultural especial o como fin de
trimestre. La viabilidad será directamente proporcional al grado
de complejidad que queramos imprimir en nuestra actividad.
“No hay mejor acción que la que surge del corazón” Corazón y docencia deberían ir indisolublemente unidos. Si el docente lo pone para crear
actividades innovadoras y motivantes como es el caso, la implicación va creciendo exponencialmente. Una vez se empieza, se pone en marcha un
mecanismo creativo que parece no tener fin. Si contagias tu entusiasmo al alumnado ellos percibirán la seguridad de que el proyecto es beneficioso.
Si el alumnado se implica, es parte y se siente parte importante del proceso creativo, desarrollo y ejecución será mucho más fácil. Se trata de
trabajar en equipo: repartir responsabilidades entre todos de manera consensuada en función de lo que cada uno disfrute haciendo. A mayores
éxitos recibidos, mayor será su confianza en sí mismos y en su capacidad creativa y productiva. En esa feria habrá talleres importantes de
liderazgo y de gestión emocional. Incluso de Design Thinking. Pequeñas píldoras formativas que complementarán el evento. ¡Anclemos a la emoción!
PROBLEMAS: el rechazo ante una tarea que requiere mucha
organización y coordinación, permisos, material necesario,
publicidad, impacto… Dificultad para enganchar al claustro y que
sea colaborativo. Dificultad para enganchar a la Comunidad
Educativa si no está acostumbrada a una participación reglada
como la que proporcionan las actividades de éxito de las
Comunidades de Aprendizaje. La organización didáctica para que
todo tenga una justificación curricular y pedagógica.
Herramientas de evaluación ajustadas y novedosas para el
proceso y desarrollo de una actividad divergente y convergente a
la vez.
Las oportunidades de mi propuesta son todas. Si lo que hacemos de manera individualista y departamental en el aula no
funciona… ¿por qué no probar a hacerlo de otra manera? Si los principios que rigen el mercado y la economía son altamente
productivos ¿por qué no adaptarlos al modelo pedagógico? Así nuestra feria de aprendizaje va a estar impregnada de todos
aquellos aspectos exitosos de la empresa y el emprendimiento (Design Thinking para los retos; Canvas para la organización de
tareas y planificación de recursos y “justificación lógica del currículo”; píldoras de formación en liderazgo y emprendimiento para
docentes en su labor de gestionar los talleres de creación (divergentes y convergentes) y para que el alumnado comience a
auto-gestionarse; departamento de comunicación y difusión en RRSS; departamento de internacionalización de proyectos y
productos; departamento de proyectos sociales; departamento de gestión emocional etc.)
La única debilidad es constituir un equipo humano potente de trabajo que esté dispuesto a trabajar
coordinadamente, a aportar constructivamente escuchando propuestas diferentes. Encontrar a personal
profesional y humano que esté dispuesto a implicarse porque está inherentemente convencido de que es el
mejor camino para acompañar a nuestro alumnado. Esa debilidad tenemos que transformarla nuevamente en
oportunidad: aprovechar las habilidades y competencias individuales de cada uno para crear un equipo
potentemente convergente. Ese será nuestro primer objetivo. ¿Me acompañas?