Ciertamente, hoy la vida va muy deprisa, el activismo, la tecnología nos hacen vivir muy
rápidamente y no tenemos tiempo para esperar a que las personas nos comuniquen lo que llevan
por dentro. Vivimos respondiendo a las llamadas urgentes que llegan de todas partes y a través de
muchos medios. No tenemos la paciencia para escuchar.
Área emocional
Es muy importante ser conscientes de las dificultades emocionales que
pueden actuar como interferencias en el proceso de la escucha.
Escuchamos al otro con lo que somos y con lo que sentimos. Por otra
parte, en la interacción aflorarán en nosotros nuevas emociones y
sentimientos en relación con la persona o con los contenidos que nos está
comunicando. Por eso será bueno, a la hora de escuchar, hacerse la
pregunta: ¿qué emoción o sentimiento me invade aquí y ahora? Mi
autoconciencia emocional me dirá si estoy harto, ansioso, agresivo,
inquieto, herido por algo, temeroso, etc.
Área física o fisiológica
Cansancio corporal. Cuando el cuerpo está
físicamente cansado, somnoliento hambriento,
sediento..., tenemos más dificultades para
obtener el nivel de energía necesario para una
buena calidad en la escucha.
Clima, ambiente y ecología de la comunicación. El
contexto ambiental de la escucha puede servir de ayuda
o dificultar el ejercicio de escuchar. Pasar frío o tener
excesivo calor perturba nuestra atención psicológica,
porque el cuerpo no encuentra su equilibrio.
Distracciones físicas. Hacemos aquí alusión a las distracciones externas, a las que logran apartar
nuestra atención del proceso de la escucha. Pongamos algunos ejemplos: mesas y sitios revueltos y
en desorden; interrupciones constantes de personas, teléfonos, timbres, ruidos... Cuando esto
sucede, el discurso verbal, el fluido emocional y la atención que requiere la escucha no encontrará
los mínimos necesarios para facilitar al otro el proceso de autoexploración
Área cognitiva o mental
Es una de las que más dificultan o
bloquean el proceso de la escucha activa.
Aquí entra todo lo que bulle en nuestro
interior: pensamientos, ideas irracionales,
prejuicios habituales inconscientes, rollos
mentales y, en general, todos aquellos
mensajes que estamos creando mientras
conectamos o desconectamos con el otro.
Veamos algunos de estos mensajes que
pueden afectar nuestra escucha.
- Prejuicios, ya sean políticos, morales, culturales,
primeras impresiones, etc. Todos los tenemos, y así
funcionamos. Pero, aunque no es posible evitarlos, sí
podemos, en cambio, reducir su efecto para que
interfieran con el menor ruido posible en la comunicación.
Ocupaciones de la mente. La sabiduría holística actual nos aconseja: pon tu mente allí
donde está tu cuerpo. Sin embargo, sabemos lo difícil que resulta hacerlo
habitualmente; de ahí el perpetuo estado de disociación mente/cuerpo en que vivimos.