Deberá transmitir, masiva
y eficazmente, un volumen
cada vez mayor de
conocimientos teóricos y
técnicos evolutivos,
adaptados a la civilización
cognitiva, porque son las
bases de las competencias
del futuro.
Tiene una doble misión:
Enseñar la diversidad
de la especie humana.
Contribuir a una toma de
conciencia de las semejanzas
y la interdependencia entre
todos los seres humanos.
La educación debe estructurarse en torno
a cuatro aprendizajes fundamentales, que
en el transcurso de la vida serán para cada
persona, en cierto sentido, los pilares del
conocimiento:
Aprender a conocer.
Es decir, adquirir los instrumentos
de la comprensión.
Puede considerarse a la vez medio
y finalidad de la vida humana.
Consiste para cada persona en aprender
a comprender el mundo que la rodea.
Tiene como fin su justificación es el placer de
comprender, de conocer, de descubrir.
Aprender a hacer.
Para poder influir sobre
el propio entorno.
Está más estrechamente vinculado
a la cuestión de la formación
profesional.
¿Cómo enseñar al alumno a poner en práctica sus conocimientos
y, al mismo tiempo, cómo adaptar la enseñanza al futuro mercado
de trabajo, cuya evolución no es totalmente previsible?
Aprender a vivir
juntos.
Para participar y cooperar con los demás
en todas las actividades humanas.
Este aprendizaje constituye una de las principales
empresas de la educación contemporánea.
En este pilar parece adecuado dar a la educación
dos orientaciones complementarias:
En el primer nivel, el
descubrimiento gradual del otro.
En el segundo, y durante toda la vida, la
participación en proyectos comunes.
Un método quizá eficaz para evitar o
resolver los conflictos latentes.
Aprender a ser.
Un proceso fundamental que recoge
elementos de los tres anteriores.
La educación debe contribuir al
desarrollo global de cada persona.
La educación cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad,
sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad.
Todos los seres humanos deben estar en condiciones de dotarse de
un pensamiento autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio.