Encontraremos organizaciones centradas
en una sola disciplina, forma tradicional de
organización de los contenidos, y otras que
establecen relaciones entre dos o más
disciplinas.
Su prioridad básica son las materias y su aprendizaje.
Tres grados de relaciones disciplinares:
La multidisciplinariedad es la
organización de contenidos
más tradicional.
La interdisciplinariedad es la interacción entre dos o más
disciplinas, que puede ir desde la simple comunicación de
ideas hasta la integración recíproca de los conceptos
fundamentales y de la teoría del conocimiento, la
metodología y los datos de la investigación.
La transdisciplinariedad es el grado máximo de
relaciones entre las disciplinas, por lo que supone una
integración global dentro de un sistema totalizador.
Métodos globalizados
Nunca toman las disciplinas como punto de partida.
Sitúan en el centro de atención al alumno
y sus necesidades educativas generales.
Organizan los contenidos de forma trandisciplinar
Cuatro métodos globalizadores
Los centros de interés de Decroly, el cual, partiendo de un núcleo
temático motivador para el alumno y siguiendo el proceso de
observación, asociación y expresión, integra diferentes áreas del
conocimiento.
El método de proyectos de Kilpatrick, que básicamente consiste en la
elaboración y producción de algún objeto o montaje (una máquina, un
audiovisual, un terrario, un huerto escolar, un periódico, etc.).
La investigación del medio del MCE (Movimento de
Cooperazione Educativa de Italia), que intenta que los chicos
y chicas construyan el conocimiento a través de la secuencia
del método científico (problema, hipótesis, validación).
Los proyectos de trabajo globales, en los cuales,
con el fin de conocer un tema se tiene que
elaborar un dosier como resultado de una
investigación personal o en equipo.
Se diferencían
En que en los métodos globalizados, las disciplinas
como tales nunca son la finalidad básica de la
enseñanza, sino que tienen la función de
proporcionar los medios o instrumentos que han de
facilitar la consecución de los objetivos educativos.
Al relacionarlos tienen
más potencialidad de
uso y de comprensión.
Nombramos así a las relaciones y la forma de
vincular los diferentes contenidos de aprendizaje
que conforman las unidades didácticas.