El discurso persuasivo se utiliza para influir en las actitudes, las creencias, las opiniones o la
conducta de los oyentes.
El orador debe considerar las necesidades
reales del público al que se dirige y no
apartarse de la ética
Pasos para hacer este discurso:
Llamar la atención: el orador utiliza comenta algo
o realiza algún gesto para atraer la atención del
público.
Presentar la necesidad: señala el problema que necesita una solución o la
necesidad que requiere una satisfacción.
Mostrar la satisfacción: propone una solución o
alternativa.
Presentar la visualización: plantea los posibles resultados o efectos si el
público sigue su recomendación.
Exhortar a la acción: el orador pide la aprobación y
ejecución de sus ideas.
Estándares éticos del discurso persuasivo
Evitar la evidencia falsa: el orador debe ofrecer al público una
información completa y verídica sobre el tema que trata.
Apoyar el mensaje con argumentos: las pruebas, los
testimonios, las estadísticas, los razonamientos... son
factores que refuerzan una opinión.
No presumir de experto: presentarse como conocedor de un
tema cuando no se tiene la suficiente capacidad para
manejarlo es un error que pocas veces el público perdona.
Apelar a las emociones sólo cuando es necesario:
frecuentemente, el orador recurre a las
emociones para motivar a las personas
Estar convencidos: esta es la regla fundamental para
convencer: estar seguros de lo que recomendamos