La seguridad alimentaria en México;
doble carga de la malnutrición
Si bien la oferta de energía alimentaria disponible en México sobrepasa los requerimientos para cubrir las necesidades basicas.
la pobreza alimentaria de México, la cual pasó de 13.8%
de la población en 2006, a 18.2% en 2010
El deficiente acceso a los alimentos de grupos importantes, se suma la desnutrición crónica infantil aún por
atender, al igual que la alta prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños, adolescentes y adultos. La doble
carga de la malnutrición impide el adecuado desarrollo físico e intelectual del individuo al mismo tiempo que
aumenta el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles, con grandes costos directos e indirectos para
las familias y la sociedad.
Cruzada Nacional contra el
Hambre (CNCH)
México es uno de los países pioneros en este último indicador, al evaluar el Coneval desde 2008 la carencia de
acceso a la alimentación mediante la Escala Mexicana de Seguridad Alimentaria (EMSA).
Obesidad
La disponibilidad energética de los alimentos para México es de 3 145 kilocalorías por persona al día,5 un valor
que se encuentra entre los más altos del mundo, comparado con las 2 362 kcal de requerimiento que señala la
FAO
inseguridad alimentaria
en 2010 alcanzó 24.9%, superior al de pobreza alimentaria en el mismo periodo (18.2%) y más de dos veces
superior al porcentaje de pobreza extrema, que alcanzó el 11% en 2010
Politica alimentaria; elaboración del Panorama de la Seguridad
Alimentaria y Nutricional en México 2012
uno de los factores importantes es El crecimiento agrícola con la participación de los pequeños agricultores, la
mayoría en el país, especialmente las mujeres, será más eficaz para reducir la pobreza si permite aumentar los
ingresos de los trabajadores y generar empleo para la población en pobreza
un proceso participativo que considere la multidimensionalidad de la seguridad alimentaria, la institucionalidad
que asegure la coordinación y coherencia de las políticas sectoriales y la propuesta de los recursos
indispensables. La complejidad –económica, social, política y ambiental– de la seguridad alimentaria demanda
una participación amplia en el debate sobre las distintas opciones que se tienen para asegurar una disponibilidad
suficiente, estable, inocua y sustentable de alimentos.