Inició su carrera artística a
edad muy temprana
cantando en las tabernas; en
su adolescencia se trasladó a
Madrid para entrar en
contacto con los ambientes
flamencos de la capital.
Desde la década de 1960
adquirió fama como uno de los
más sólidos valores del
flamenco joven, y pronto se
consagraría como uno de los
artistas más completos del
cante.
Obra
)
"Cante Flamenco" (1969incorporó a su cante textos de
diversos autores españoles, como en los álbumes
"Homenaje flamenco a Miguel Hernández" (1971), "Se hace
camino al andar" (1975), en el que musicó versos de
Antonio Machado, y otros dedicados a Jorge Guillén, San
Juan de la Cruz, Al-Mu’tamid, Lope de Vega o José
Bergamín. Adaptó incluso al flamenco algunos de los temas
del cantautor canadiense Leonard Cohen..
Pese a no conocer la notación musical, compuso
piezas para teatro, cine y televisión. Asimismo, su
enorme versatilidad y creatividad le impulsó a
realizar sólidas apuestas de integración entre la
música culta y el flamenco, como en Misa Flamenca
(1991) o Alegro, Soleá y Fantasía de Cante Jondo
(1995).
En 1996 grabó junto al grupo Lagartija
Nick el álbum Omega, en el que se
fusionaban flamenco y rock.
En 1998 publicó Lorca, en el que rendía tributo al
poeta granadino. Y en El Pequeño reloj (2003) puso
voz a los poemas de Francisco de Quevedo, Gustavo
Adolfo Bécquer y León Felipe, entre ritmos tan
dispares como los de la música sefardí, el jazz o las
sinfonías de Ludwig van Beethoven. En septiembre
de 2005 presentó un trabajo muy especial, Morente
sueña la Alhambra, una visión oscura, poética y
mestiza del monumento granadino y de las
imágenes que le inspiraba su ciudad natal.
Legado
La trayectoria de Enrique Morente mereció, entre
otros galardones, el Premio del Cante de la
Cátedra de Flamencología de Jerez (1972), el
Premio Nacional de Música Popular (1978) y el
Premio Nacional de Música (1995).
Aunque algunos consideraron herética su evolución,
su obra ejerció fuerte influencia y contó con gran
número de seguidores. Enrique Morente y Camarón
de la Isla fueron, sin duda alguna, los dos cantaores
que más contribuyeron a la renovación y a la apertura
del flamenco sin derribar por ello sus elementos
tradicionales.