Armadillo Se pondrá de moda el próximo año porque es la mascota oficial del Mundial de Brasil
2014. Aunque antes el armadillo estaba amenazado porque la gente comía su carne, en la actualidad
las principales amenazas en su contra son la deforestación y la expansión de la agricultura, que lo
obligan a migrar a lugares en los que no sabe cómo vivir. Este animal, que puede convertirse en
‘balón’, vive en las costas y llanos orientales.
Guacamaya bandera Como es un animal muy sociable y ‘divertido’ porque aprende a imitar palabras,
la guacamaya bandera está en peligro de extinción. De hecho Colombia se acerca a ser como
Honduras, Guatemala o El Salvador, donde está extinta en su hábitat natural y solo puede ser
encontrada en cautiverio, debido al alto volumen de caza para traficarla ilegalmente. También es
apetecida para robarle sus plumas, de colores exóticos y vivos. En el país vive en bosques lluviosos y
en grupos de hasta 30 guacamayas.
Manatí del Caribe El manatí del Caribe tiene mala suerte por dos factores: la primera, que se
reproduce muy despacio; las hembras maduran sexualmente a los cuatro años y se demoran 13
meses gestando un solo bebé, que debe cuidar dos años más. Lo segundo, que son víctimas de caza
indiscriminada para utilizar su piel, su carne y hasta su grasa. Según el Ministerio de Ambiente, viven
en la Costa Caribe y en los ríos Magdalena y Orinoco. Son muy difíciles de ver porque sobreviven en
partes del río llenas de vegetación.
Oso perezoso El oso perezoso está sufriendo por el aumento de tráfico de su especie, especialmente
de recién nacidos (70% de los traficados; la madre probablemente muera mientras lucha porque no
se lleven al bebé): están destinados a morir, sobre todo por infecciones intestinales y respiratorias.
. Rana dorada Su belleza iguala al poder de su veneno, capaz de matar a 10.000 ratones. Es igual de
grande a una almendra y aunque es altamente letal, incluso para los humanos, no ha podido evitar
la muerte de su especie. Esta rana (foto) habita en Chocó y está amenazada principalmente por la
minería ilegal y la tala ilícita de árboles, que atentan contra su entorno. La Fundación ProAves trata
de preservarla en la Reserva Natural Rana Terribilis, en Cauca.