Durante el periodo 1930-1932 Japón sufrió la recesión económica más profunda de
su historia moderna (la depresión Showa), ya que afectó a toda la sociedad japonesa,
política, económica y socialmente. A esta crisis concurrieron dos factores, uno
externo y otro interno.
Externo
la crisis de la bolsa de Nueva York en octubre de 1929, seguida por la Gran Depresión,
afectó a todos los países de economía de mercado con hundimiento de los precios y
aumento de desempleo.
Interno
el partido en el gobierno, el Minsei adoptó una política deliberadamente deflacionista
con el doble objetivo de eliminar a los bancos ineficientes
Japón se vió inmerso en un espiral deflacionista, los
precios cayeron entre un 30 y un 60 por ciento, con
creciente desempleo y empobrecimiento.
Inoue creía que aunque la política deflacionista era muy dura eliminaría a las empresas y bancos
ineficientes quedando una economía fuerte y sólida. Inoue murió asesinado por los militares en 1932.
En medio de la desesperación económica la culpa fue
para los partidos gubernamentales y sus políticas,
emergiendo el movimiento fascista.
la economía japonesa empezó a recuperarse en 1932, expandiéndose hasta 1936. Japón fue el primer país,
entre los grandes, en superar la Gran Depresión.
en 1945 la economía japonesa se transformó en una economía de guerra.
El principal objetivo económico era maximizar la producción con las limitadas posibilidades de
importar la energía y las materias primas necesarias dada la escasez de reservas de oro.
A partir de 1940 se hizo imposible el comercio con otros países y los problemas se centraron en como
transportar los recursos naturales desde las colonias, Manchuria, Taiwán y Corea hasta Japón