La maloclusión dentaria (o malposición de los dientes)
consiste en una desviación de la correcta oclusión (o
cierre) dental.
Una de las funciones más importantes de la boca
es la masticación, para la cual es muy importante
que exista un adecuado contacto entre las arcadas
dentarias superior e inferior.
Para lograr la función de masticación es muy importante que
los dientes estén correctamente alineados. En los casos en los
que el contacto entre las arcadas dentarias no es el adecuado
se producen los denominados cuadros de maloclusión. En
determinados casos esta maloclusión necesita tratamiento.
Esto generalmente se hace cuando se afecta la función
masticatoria o cuando existe una importante afectación
estética
Oclusión normal ó tipo
I.
En esta situación el primer molar inferior
está un poco por delante de su equivalente
superior. Supone la posición normal.
Oclusión tipo
II
el primer molar inferior está por detrás de donde
debería estar. Esto hace que los incisivos superiores
puedan parecer prominentes o que la barbilla tenga
el aspecto de estar ligeramente desplazada hacia
atrás (es lo que se denomina retrognatia).
Oclusión tipo
III
ocurre exactamente lo contrario que en la tipo II, el primer
molar inferior está desplazado hacia delante, por lo que la
barbilla parece prominente (es lo que se denomina prognatia).
Sobremordidas (los incisivos superiores
cubren a los inferiores) y mordidas abiertas
(los incisivos no contactan entre sí al estar
desplazados hacia fuera), o bien mordidas
cruzadas (están cruzados).
Apiñamiento
dentario
ocurre cuando las mandíbulas son pequeñas para
que los dientes puedan alinearse correctamente. Se
puede intuir cuando no hay apenas espacio libre
entre los dientes de la dentición primaria, entre los
5 y los 8 años.
Por qué se
produce
Parece que existe un importante componente hereditario, asociándose también a
ciertos tipos de malformaciones que afectan al cráneo o la cara. Algunas enfermedades
también pueden influir en su aparición. Las anomalías en los dientes también pueden
generar la aparición de estos cuadros.
las maloclusiones puede ocurrir por usar el chupete demasiado tiempo o porque
el niño se chupe el dedo o acostumbre a morder o chupar lápices u otros objetos.
En los niños ya mayores se puede producir porque presenten deglución atípica, es
decir, al deglutir apoyan la lengua sobre los incisivos en vez de hacerlo sobre el
paladar. Los niños que respiran por la boca y los que presentan bruxismo también
pueden presentar alteraciones en la posición de los dientes con mucha
frecuencia.
Cómo se
trata?
Niños entre 3 y 8 años de edad, con dentición primaria: En esta edad es fundamental intentar corregir los hábitos inadecuados que favorezcan las maloclusiones,
como la succión del pulgar o de objetos o la deglución atípica ó infantil. En caso de que el niño no lo consiga por sí solo mediante unos sencillos ejercicios (deglutir
apoyando la lengua en el paladar), se puede ayudar de un tratamiento por logopeda. En ciertos casos de mordidas cruzadas o invertidas puede ser necesario realizar
algún tipo de intervención por lo que en se debe consultar al odontólogo. Si existe pérdida de alguna pieza dentaria, como el segundo molar superior, también puede
ser necesario realizar un tratamiento odontológico
Niños entre los 7 años y la adolescencia, con dentición mixta: esta edad es complicada ya que
conviven dientes definitivos con otros primarios y es difícil predecir qué va a ocurrir. Es más
frecuente que se corrijan las alteraciones mediante intervenciones de ortodoncia, que se aplican
en función de cada caso concreto. También es muy importante corregir los posibles hábitos
alterados (como la deglución atípica) que el niño pueda arrastrar de la etapa infantil ya que
retrasarán o harán inútiles los tratamientos.
Niños mayores, con dentición definitiva: en estos casos la corrección es más
complicada y se orienta a la corrección de la posición de los dientes con
ortodoncia. En los casos severos será necesaria la cirugía.