El Barroco fue el nuevo estilo artístico que se impuso a lo
largo del siglo XVII. Frente al racionalismo y al clasicismo
renacentista, la nueva estética barroca se basaba en:
La representación de la asimetría y el
movimiento mediante el uso de formas
curvas
La exaltación de los
sentimientos, por lo que se
recurría a la teatralidad y al
simbolismo.
Este estilo estuvo marcado por las pugnas religiosas, y
por ello tuvo diferentes manifestaciones:
En los países católicos, se convirtió en el arte de
la Contrarreforma; las iglesias presentaban una
decoración fastuosa y se representaban temas
para suscitar la fe.
En los países protestantes, en cambio, las iglesias eran
austeras y era la burguesía quien encargaba obras de arte,
de temática íntima y cotidiana.
La arquitectura barroca buscaba dar sensación de movimiento al
edificio, mediante el uso de plantas de formas elípticas y ovales, la
creación de efectos de luz y sombra y la exuberancia decorativa
Lorenzo Bernini
Francesco Borromini
Escultura
La escultura barroca, cuyo máximo
exponente fue Lorenzo Bernini, se
caracterizaba por
Buscar el movimiento y el equilibrio fugaz, mediante
el uso de líneas curvas
Representar los sentimientos, mediante la
expresión de gestos dramáticos.
Pintura
La pintura barroca se caracteriza por el predominio del color sobre el
dibujo, por el contraste entre luz y sombra (técnica del claroscuro) y
por la búsqueda del movimiento (asimetrías, ondulaciones).
Existen diversas escuelas o tendencias pictóricas en el Barroco:
escuela italiana
escuela francesa
escuela flamenca
escuela holandesa
en la peninsula
En arquitectura, la nueva estética fue tardía y no se
impuso hasta mediados del siglo XVII:
La arquitectura religiosa destaca por su exuberancia decorativa, con
fachadas espectaculares (fachada del Obradoiro de la catedral de
Santiago de Compostela).
La arquitectura civil es más serena y equilibrada. Destacan las plazas
mayores, como la de Madrid y la de Salamanca.
El Barroco español también se usó como instrumento de
propaganda católica y para ensalzar la figura del rey.
En escultura predominaban las imágenes religiosas, realizadas sobre todo en
madera policromada para los retablos, las sillerías y los pasos de Semana Santa. La
imaginería buscaba conmover a los fieles mediante un gran realismo y dramatismo,
por ello se añadían a las esculturas cabellos naturales, prendas de vestir reales, etc.