Sé sabe que el ser humano es uno de los seres que sabe que hay un futuro.
En una última instancia, nuestro desafío es estructurar nuevamente el tiempo en los momentos de la globalización.
En este libro se define la política del optimismo y la esperanza en momentos en que se a desconfiado del futuro.
Capítulo 1. El futuro de las sociedades democráticas.
Una teoría de la justicia intergeneracional.
Las actuales dificultades de la sociedad al momento de
pensarse a sí misma en términos de finalidad y
promesa colectiva ponen de manifiesto precisamente
que el futuro no está bien atendido.
La tiranía del presente.
Una consecuencia de la crisis de la idea del progreso es que el futuro se
vuelve problemático. El presente siempre será correlativo al futuro.
Deseamos en el presente algo que no podremos mantener en el futuro.
La aceleración acerca cada vez más el futuro al cual no estamos
preparados. una razón para la focalización del presente tiene que ver
con la configuración del espacio democrático
La coalición de los vivos.
El tema del conflicto entre generaciones tiene un historia
larga de la cual solo se planteará un presente histórico
que servirá para como contraste en nuestra situación
actual.
La constatación del destino de las siguientes
generaciones está entrelazado con los espacios de la
mundialización cuestiona nuestra ocupación del futuro.
El tema no es tanto la libertad de las siguientes
generaciones, como la necesidad de legitimar nuestro
inevitable consentimiento del futuro y modificarlo de
acuerdo con los criterios de justicia que vayan más allá de
los intereses actuales.
Una política del
futuro.
La principal urgencia de las democracias contem
poráneas no es acelerar los procesos sociales sino re-
cuperar el porvenir. Hay que volver a situar el futuro en
un lugar privilegiado de la agenda de las socieda- des
democráticas.
Sin esa referencia
futura no serían posibles cosas específicamente
humanas, como todas las que requieren previsión o
suponen la capacidad de antici par escenarios futuros,
pero tampoco estaríamos la a altura de la
responsabilidad que nos corresponde si no
examináramos con criterios de justicia el futuro que
podemos presumir que se abre o se cierra con nuestras
decisiones
Capítulo 2. El paisaje temporal de la sociedad
contemporánea. Teoría de la aceleración.
Que vivimos en tiempos de especial aceleración una experiencia
compartida que se hace presente en muy diversos aspectos de la
vida, individual y las nuevas tecnologías de la instantaneidad han
propiciado una cultura del presente absoluto sin profundidad
temporal.
El origen de esta relación con el tiempo se encuentra en la alianza
establecida entre la lógica del beneficio mercados financieros y la
instantaneidad de los me- dios de comunicación, vivimos en una
época fácil nada por la velocidad y superada por su propia
aceleración.
Seguramente hemos alcanzado un estado social en el que la
aceleración ha sobrepasado un punto crítico, una nueva cualidad,
que ha cuencialidad y linealidad con las percibimos la realidad y que
ha supuesto renuncia a toda pretensión de dar a los problemas
sociales un tratamiento coherente. Esta experiencia de la
aceleración es lo que llevaba a Hamlet a lamentar está
descoyuntado.
Aceleración y paralización.
Estamos acostumbrados a pensar el tiempo como una dimensión
natural de la existencia, a partir de nuestra propia experiencia
subjetiva, sin ser plenamente conscientes de su historicidad, es decir,
de la variedad de experiencias del tiempo.
Los distintos momentos y procesos históricos tienen su propia
experiencia del tiempo. Desde que Rousseau bablara en el Emilio del
tourbillon social, la idea de la aceleración universal se ha instalado
en el corazón de nuestra experiencia del tiempo.
A qué nos referimos exacta mente cuando hablamos aceleración? Se
podría definir el campo semántico de la aceleración en tres
dimensiones (Rosa 2005, 124 y sigs.):
a) Técnica. Se trata movimiento de personas, bienes e informaciones,
así como las velocidades de producción, transformación de la materia
en energíasión objetiva aceleraciones que tienen una dimen que
puede medirse en función del tiempo invertido, sea para el
desplazamiento en el espacio o para la realización de procesos.
b) Del cambio social Es el ritmo en el que se modifican las formas de
acción y las orientaciones una sociedad. Koselleck definía la estabilidad
como cidencia entre el espacio de experiencia y el horizonte de
expectativa, cuando la experiencia permite obtener aves para el presente
y el futuro, cuando se puede aprender de ella porque hay una miníma
seguridad en expectativas (1989).
La cultura de la urgencia.
Con independencia de que la articulación entre los
procesos de aceleración y sus resistencias sea más
compleja de lo que dan a entender determinados
diagnósticos, está claro que nuestra época ha
promovido una cultura general de la urgencia.
Esta cultura no puede explicarse sino desde
determinada coción del tiempo hegemónico
mundial, construido desde la la inmediatez y la
urgencia, sobre el trasfondo dominante de
determinadas lógicas económicas y comunicativas.
Ampliación del espacio y aceleración del tiempo son
dos características fundamentales del mundo actual.
El espacio se amplía mientras que el tiempo se
acelera, así podríamos sintetizarlo. O también: el
tiempo tiende a aniquilar el espacio.
Contra la falsa movilidad.
Si es cierto, como hemos visto, que la supuesta aceleración general de nuestra
época tiene su contra- punto ambivalente en fenómenos correlativos de
desaceleración y si la generalización de la urgencia arruina el concepto mismo de
urgencia y tiene no pocas veces efectos paralizantes, tendremos que deducir que
el análisis de nuestra temporalidad debe ser completado con la de que existe
también una falsa movilidad.
Podríamos concluir que del progreso ha muerto el finalismo y ha sobrevivido la
dinámica. En última instancia, las sociedades combinan su resisten.
Capítulo 3. ¿Cómo se conoce el futuro? una teoría de
la prospectiva.
La principal urgencia de las democracias
contemporáneas no es acelerar los procesos sociales sino
recuperar el porvenir. Hay que volver a situar el futuro en
un lugar privilegiado de la agenda de las sociedades
democráticas. El futuro debe ganar peso político.
Sin esa referencia futura no serían posibles cosas
específicamente humanas, como todas las que requieren
previsión o suponen la capacidad de anticipar escenarios
futuros, pero tampoco estaríamos la a altura de la
responsabilidad que nos corresponde si no
examináramos con criterios de justicia el futuro que
podemos presumir que se abre o se cierra con nuestras
decisiones
Capítulo 4 ¿CÓMO SE DECIDE EL FUTURO?
UNA TEORÍA DE LA DECISIÓN
Todo sistema político se ha construido siempre bajo la
pretensión de producir decisiones vinculantes. Esta pretensión
parece haber desaparecido de nuestro horizonte conceptual,
poblado de términos que aluden a la irrelevancia de nuestras
decisiones, como globalización, riesgos o efectos secundarios;
a la práctica política concreta no parece irle mejor: cuando
hablamos de política simbólica, gobierno de varios niveles o
post soberanismo, estamos indicando que el tiempo de las
grandes decisiones ha pasado y que la política es ahora una
decisión modesta con la incertidumbre acerca de su resultado.
Todo parece conspirar contra la idea de que, en nuestras
actuales circunstancias, sea posible no ya tomar las decisiones
correctas, sino siquiera algún tipo de decisión cuestión que nos
preocupa ya no es tanto cómo protegernos de las malas
decisiones sino saber si, desde las actuales condiciones de
contingencia extrema, es posible todavía decidir políticamente
Capítulo 5 ¿QUIÉN SE HACE CARGO DEL FUTURO?
UNA TEORÍA DE LA RESPONSABILIDAD .
La actual coyuntura del principio de incertidumbre que
caracteriza las sociedades modernas. La reiterada experiencia
de que el mundo se nos presenta como un conjunto de
dinámicas ingobernables parece exigir un nuevo concepto de
responsabilidad, más acorde con la actual complejidad social y
más abierto a los escenarios verosímiles futuro, alejados
presente pero apuntados en las tensiones actuales.
El futuro puede y debe ser un ámbito de protección y cuidado, de lo
que nos hagamos cargo, un verdadero campo de pruebas para el
ejercicio de la responsabilidad ¿un mundo fuera de control? Estamos
acostumbrados a exigir responsabilidad también en aquellos casos
en los pendencia de cadenas causales difícilmente abarcables,
cuando los efectos de las decisiones se extienden crisis financieras,
calentamiento global, envejecimiento de la población producen en
nosotros un deseo de identificar causas y responsables, de exigir
previsión y anticipación.
Capítulo 6 CRONOPOLÍTICA. UNA
TEORÍA DE LOS RITMOS SOCIALES
Sea cual sea la definición que prefiramos de la globalización, siempre
hay una referencia a la compresión del espacio en el que vivimos y las
implicación sobre la conciencia de pertenecer a un mismo mundo, sea
el mercado mundial para los agentes económicos, lo universal para los
filósofos o el orden mundial para los estrategas (Robertson 1992).
Esta compresión del espacio se traduce en la configuración de un
tiempo mundial unificado, que no es una grata y automática sincronía,
sino más bien el escenario de una nueva batalla de los tiempos. El
tiempo mundial del mercado ha entrado en conflicto con el tiempo
político el tiempo psicológico de los individuos. La penetración global del
tiempo abstracto va hecho que el tiempo se situé en el centro del
interés político, como factor que explica buena parte de conflictos en un
mundo de sincronizado. La velocidad de los procesos sociales supone
una amenaza para las sociedades gobierno de los tiempos, como crono
política; ya no sólo maneja espacios, recursos naturales o trabajo
Capítulo 7 LA POLÍTICA EN UNA SOCIEDAD POSTHEROICA. UNA
TEORTA DE LA CONTINGENCIA POLITICA
La primera regla para entender una sociedad aconseja examinar si la
retórica coincide con la realidad. Estamos ciertamente medio del
fuego cruzado de afirmaciones heroicas, llamadas al orden,
ofrecimientos de seguridad, dramatizaciones de la situación,
crispación, lamentos frente a la decadencia e incluso ejes del mal
cuyos denunciantes adquieren automáticamente la responsabilidad
del bien En el discurso mártires ni culpables, y el campo de batalla se
organiza con abrumadora simplicidad entre los amigos y los
enemigos o, en una versión menos bélica pero igualmente nítida,
nosotros y ellos. ¿Ahora bienes lo que parece? ¿Significa que
estamos en tiempos épicos, que pensamos y vi vimos la política
como una hazaña bélica?
Capítulo 8 LA CONSTRUCCIÓN POLITICA DE LA ESPERANZA COLECTIVA
El futuro es algo con lo que debemos
mantiene buenas relaciones porque
desempeña un papel muy importante en
nuestras vidas, personales y colectivas. El
futuro parece la cosa mis simple del
mundo, nos encontraremos con el
independientemente de lo que quiera te
utilice poco y vea. Sin embargo, es un
espacio complejo, abierto y desconocido
que amenaza o promete demasiado, que
inquieta y atrae, quien lo maltrata
termina pagándolo muy caro.