Cada vez más aspectos de nuestra vida están
expuestos en la Red, mientras se avecina una
revolución más profunda: el Internet de las
cosas que acabará por disolver las ya
estrechas fronteras entre lo digital y lo físico
“Conforme avanza la tecnología, poseemos cada vez
más aparatos conectados a Internet, lo que significa
que tenemos una creciente capacidad para operar,
comunicarnos y trabajar remotamente.
La mayoría de los expertos cree que la seguridad
no está ni de lejos a la altura de la revolución en
marcha, aunque siguen avanzando como si esto
no fuese un problema.
Aquellos que están mejor
informados toman
precauciones más intensas
que el común de los mortales.
Cualquier cosa, cualquier información, cualquier
dato, cualquier archivo que tengamos en Red —casi
todos los que producimos, desde un pago con tarjeta
hasta un mensaje de Whatsapp o una película vista
en el ordenador— puede ser divulgado.
Hay intentos de estafas y fraudes electrónicos o por
Internet. Suplantaciones de identidad, intentos de
robos de credenciales personales, ataques a la
privacidad, robos de cuentas de correo, redes sociales..
Los ataques informáticos se pueden separar en
dos categorías: los que ocurren dentro de la Red
y los que saltan las barreras hacia el mundo
físico
Por un lado, están los robos o manipulación de datos ante los que las
empresas y los usuarios toman cada vez más precauciones, ya sean
pymes, bancos o las grandes compañías informáticas como Apple.
Todos los analistas son conscientes del
problema tampoco conviene exponerse en la
Red
contraseñas robustas y diferentes
preocuparse por la información que se
comparte en redes sociales y que puede
ser utilizada para suplantar la identidad
preguntar por la seguridad cuando
se adquieren aparatos conectados