Octavio Paz, dedica el segundo ensayo hacia las máscaras sociales que usa México para tapar su intimidad, como un mecanismo de defensa hacia otro que se considera peligroso.
En éste sentido, Paz reflexiona sobre el silencio y palabra como mecanismos primarios. En ella, se deja expresada una actitud defensiva y ofensiva, y refleja el machismo mexicano.
También, Paz analiza ligado al machismo, la imagen de la mujer impersonal, sumisa, madre, esposa y generosa.
Así mismo, en éste juego de máscaras que muestran más lo que se quiere ser, que lo que se es por naturaleza, el mexicano vuelve a encontrarse solo en el mundo, en referencia a los otros, que siempre serán ajenos y de cuidado.