Principiados: son todas las
dominaciones que han
ejercidosoberania sobre los hombres
Hereditarios
Nuevos
Es más fácil conservar un
Estado hereditario, ya que el
príncipe sigue con los cambios
que ya vienen desde que
comenzó el reinado y el gobierno
no se interrumpe de ésta manera
Principiados mixtos.
Los estados que se agregan a
uno más antiguo son muy difíciles
de conservar, sobre todo cuando
están acostumbrados a vivir
libres.El pueblo se mantiene
sosegado siempre y cuando se le
respeten sus costumbres.
Las colonias no cuestan, los
damnificados no pueden causar
molestas porque son pobres y están
aislados
El Príncipe que anexe una provincia de
costumbres, lengua y religión distinta debe
convertirse en paladín y defensor. Cuidarse de que
no llegue un extranjero con mayor poder a
desfalcarlo.
Principiados han sido gobernados
de dos formas:
Principe asistido que
son asistidos por
nobles, basandose en
la antigüedad de su
linaje. Estos nobles
tienen estados y
súbditos propios
Principe que elige a
sus siervos
(ministros que lo
ayudarán a
gobernar). El
príncipe goza de
mayor autoridad.
Existen tres maneras de conservar un estado
que antes de ser adquirido, estaban
acostumbrados a regirse con leyes propias y
vivir en libertad.
Imponerse ante él.
Destruirlo, Único medio
seguro de dominar un
estado de éste tipo.
Dejarlo regir por sus leyes.
Principiados nuevos que se
adquieren por armas propias y
talento personal.
Dificultades en las leyes y
costumbres que se ven obligados
a implantar.
Principiados que se adquieren con
armas y fortunas de otros.
El principe nuevo va a necesitar
defenderse de los enemigos, hacer
nuevos amigos.decidir si hacerse
temer o amar por el pueblo etc.
Principiados mediante
crímenes
Caso en el que se asciende al
principiado por un camino de
perversidades y delitos.
Medición de fuerzas en los
principiados.
Si un principe posee un estado que
pueda sostenerse por si mismo,
tiene que recurrir a la ayuda de
otros.
Principiados
eclesiásticos.(dificultades
antes de poseerlos).
Suerte.
Valor.
Un principe jamás debe dejar
de ocuparse de el arte militar.
Como el amar depende de la voluntad de los hombres y el
temer de la voluntad del príncipe, un príncipe prudente debe
apoyarse en lo suyo y no en lo ajeno, pero tratando siempre
de evitar el odio.
El tenerlas y practicarlas siempre es perjudicial, y el
aparentar tenerlas, útil. Esta bien mostrarse
piadoso, fiel, humano, recto y religioso y asimismo
serlo efectivamente; pero se debe de estar
dispuesto ha estar dispuesto a irse a otro extremo si
ello fuera necesario.
Un príncipe debe temer dos cosas: en el interior, que se le subleven
los súbditos; en el exterior, que lo ataquen las potencias extranjeras.
Los estados bien organizados y los príncipes sabios siempre han
procurado no exasperar a los nobles y, a la vez, tener satisfecho y
contento al pueblo.
Las armas del pueblo se convierten en las del príncipe y los que
recelan se hicieron felices, los fieles continúan siéndolo y los
súbditos se hagan partidarios.
El príncipe se mostrará
amante de la virtud y
honrará a los que se
distingan en las artes.
Todas las ciudades están
divididas en gremios o
corporaciones a las cuales
les conviene que el
príncipe conceda su
atención.
Un príncipe prudente
debe preferir rodearse
de los hombres de buen
juicio de su estado,
únicos a los que dará
libertad para decirle la
verdad, aunque en las
cosas sobre las cuales
sean interrogados y sólo
en ellas.
Las únicas defensas buenas, seguras y durables son las que dependen de
uno mismo y de sus virtudes.
Se ve que los hombres
para llegar al fin que se
proponen proceden en
forma distinta: uno con
cautela, el otro con
ímpetu; uno por la
violencia, el otro por la
astucia; uno con
paciencia el otro con su
contrario; y todos
pueden triunfar por
medios tan dispares.