Edad: La mayor parte de los casos de cáncer de
colon se localizan en personas entre los 65 y los 75
años aunque puede haber casos que se
manifiesten entre los 35 y los 40 años.
Herencia: En el cáncer de colon desempeña un importante
papel la genética, ya que existe la posibilidad de que se
transmita hereditariamente y predisponga a la persona a
sufrir la enfermedad
Dieta: El cáncer de colon parece estar asociado a dietas ricas en
grasas y pobres en fibra.
Estilo de vida: Existen ciertos factores que dependen del
estilo de vida y que predisponen a la aparición del cáncer
de colon, como, por ejemplo, la obesidad, la vida sedentaria
y el tabaquismo.
Parientes de primer o segundo grado que también han tenido
cáncer de colon.
Síntomas
Cambios en los ritmos intestinales: Los pacientes que tienen
cáncer de colon pueden, en algunos casos, tener diarrea y,
en otros, estreñimiento. La segunda opción es común en
aquellas personas que previamente a la enfermedad tenían
un ritmo intestinal normal.
Sangre en la heces: El síntoma más frecuente de este tumor maligno es que
el paciente presente sangre en las heces. El color de la sangre puede ser roja
(presenta tumores de la parte más distal del colon y recto) o negra (puede
agravarse y dar lugar a la aparición de una anemia)
Dolor o molestia abdominal: Esto se debe a que el tumor
obstruye en parte el tubo intestinal y se produce un dolor y
una situación parecida a la de los cólicos. En algunos casos el
cierre del tubo puede llegar a completarse y se produce una
obstrucción intestinal.
Pérdida de peso sin causa aparente, pérdida de apetito y cansancio
constante: Al igual que otras enfermedades relacionadas con el
estómago, el cáncer de colon, especialmente cuando se encuentra en un
estado avanzado presenta estos síntomas.
Prevenciones
Poliposis colónica familiar: Este síndrome sólo
provoca el 1 por ciento de los cánceres de colon. La
poliposis colónica familiar aparece durante la
adolescencia provocando múltiples pólipos en el recto
y en el colon.
Cáncer colorrectal hereditario no polipósico: Este tipo de
cáncer supone entre el 3 y el 5 por ciento de los tumores de
recto y colon. La principal diferencia respecto al síndrome
anterior es que los pacientes no presentan pólipos. Algunos
hábitos poco saludables también podrían ser la causa de la
aparición de la enfermedad como: No abusar del alcohol, ni del
tabaco, Controlar el sobrepeso, Alimentación
Diagnóstico
Tacto rectal: Es una exploración física que el médico realiza
introduciendo un dedo en el ano para detectar anomalías en
la parte inferior del aparato digestivo, como, por ejemplo,
sangre, bultos anormales o si el paciente siente dolor.
Sigmoidoscopia: Es una exploración que consiste en
introducir por el ano un tubo que transmite luz e imagen, y
que se llama endoscopio. Con él se puede examinar el recto
y la parte final del colon (unos 60 cm), y detectar algunos de
los pólipos que pudiera haber allí.
Colonoscopia: Es una exploración similar a la
sigmoidoscopia, pero el tubo utilizado es más largo y
permite recorrer todo el colon. Facilita la toma de muestras
de tejido (biopsia) en áreas en las que se sospecha que
pudiera haber algún tumor, y después se realiza un estudio
con un microscópico.
Estudio genético: Si existen antecedentes familiares o se sospecha
de la posibilidad de un cáncer hereditario, es aconsejable realizar
un estudio genético para detectar anomalías. En caso de existir
alteraciones genéticas en la familia, se deben iniciar las
exploraciones de colon y recto a una edad temprana (20 años) y
continuarlas periódicamente.
Enema de bario con doble contraste: Consiste en una serie
de radiografías del colon y el recto que se toman después
de que al paciente se le haya aplicado un enema (lavativa)
con una solución blanca calcárea que contiene bario para
mostrar radiológicamente con detalle el interior del colon y
el recto.
Tratamientos
Cirugía (el tipo de cirugía dependerá si es para cáncer de
colon o recto).
Radioterapia: La radioterapia utiliza rayos de alta energía (por
ejemplo, rayos X) o partículas para destruir las células
cancerosas. La eficacia de la radioterapia contra el cáncer de
colon y de recto puede mejorar con la quimioterapia.
Ablación y embolización: La ablación consiste en tratamientos
que destruyen los tumores sin extirparlos. Estos tratamientos se
usan con más frecuencia para tratar la propagación en el hígado,
aunque se pueden emplear para tratar tumores en otros lugares.
Quimioterapia: La quimioterapia (quimio) consiste en el uso de
medicamentos para tratar el cáncer.
El cáncer de colon es una enfermedad que se desarrolla debido a que la mucosa del colon contenida en un
pólipo existente evoluciona por diferentes causas hasta convertirse en un tumor maligno. Normalmente las
células malignas se localizan en la porción intermedia y más larga del intestino grueso.