LA INTELIGENCIA EMOCIONAL En definitiva, el término inteligencia emocional, se refiere a la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones. Describe aptitudes complementarias, pero distintas de la inteligencia académica, sino referidas al CI. De este modo, personas de gran preparación intelectual, pero faltas de inteligencia emocional, terminan trabajando a las órdenes de personas que tienen un CI menos, pero mayor inteligencia emocional.
Inteligencia emocional vs coeficiente intelectual. Hasta hace poco tiempo el concepto de inteligencia, se entendía como coeficiente intelectual, es decir, como aquello que miden los test de inteligencia. Lo que medía los test eran las capacidades propias del rendimiento académico. Sin embargo en nuestro siglo se produjo un descrédito de los citados test, viéndose que en las pruebas realizadas por Bidet estaba influido por factores culturales. Una crítica muy general que se les ha hecho a los test es que no son ni lo suficientemente válidos ni lo suficientemente fiables como para justificar su uso. Los detractores más radicales sostienen que, aun en el mejor de los casos, los test que realmente evalúan lo que pretenden lo hacen de una forma bastante pobre y, por tanto, no resulta adecuada su utilización en procesos de selección, orientación o distribución de recursos. Se cuestiona a los test por medir, en ocasiones, habilidades muy específicas, de alcance muy limitado como para ser útiles para hacer predicciones significativas y a largo plazo. Es incuestionable, además, que los test de inteligencia no miden muchas cosas que son importantes en la actuación posterior del sujeto en el puesto laboral o educativo, lo que limita parcialmente su capacidad predictiva. Junto a estas críticas de carácter general, también se han cuestionado aspectos más puntuales de los test, como el contenido y formato de sus ítems, las normas utilizadas para la interpretación de sus puntuaciones y la interpretación misma de las puntuaciones de los test. En ocasiones, los test han tenido efectos secundarios en el proceso de enseñanzaaprendizaje de los escolares. En efecto, muchos profesores, ante las presiones sufridas dado el carácter obligatorio de la evaluación se han limitado a enseñar las habilidades que posteriormente iban a ser evaluadas. De este modo, los estudiantes dedicaban gran parte de su tiempo a aprender cosas solo porque éstas van a ser posteriormente preguntadas en los test utilizados en la evaluación y no porque tengan un valor intrínseco como objetivos educativos. Por consiguiente, el uso masivo de los test en el ámbito educativo ha tenido de algún modo un efecto perverso en el sistema educativo ya que, en ocasiones, el currículo se ha ido reorientando hacia los contenidos y habilidades evaluadas por los test estandarizados, en lugar de ajustarse éstos a los objetivos curriculares definidos para los distintos cursos y ciclos educativos. 3 A los test se les ha acusado también de ser herramientas al servicio del poder, de ser instrumentos de control o represión social al servicio de la clase económica y políticamente dominante, de constituir barreras para la igualdad social y de oportunidades económicas, simplemente porque los test han servido para revelar diferencias entre grupos, y el tema de las diferencias entre grupos es muy espinoso, levanta muchas ampollas. En definitiva, los test han sido criticados o debatidos tanto dentro como fuera del marco de la psicología, es decir, las críticas han trascendido el ámbito de lo puramente psicométrico y los test se han convertido en una cuestión de debate público e incluso legal. En contraposición a este concepto de inteligencia, sale a la luz el concepto de inteligencia emocional que comprende aptitudes como las habilidades sociales. Se pasa a tener en cuenta el plano emocional, como el optimismo, la motivación, el autocontrol, no solo el éxito profesional. Con todo ello, la inteligencia emocional está en la base de muchos procesos físicos. Existe un vínculo fisiológico entre las emociones y el sistema inmunológico, no como entidades independientes capaces de influirse mutuamente, sino como un sistema integrado que da origen a una nueva ciencia; la psiconeuroinmunología. El cultivo de una competencia emocional desarrollada y oportuna, contribuye en definitiva a potenciar la inteligencia, entendida en sentido amplio. No hay vida mental sana, ni siquiera a nivel de funcionamiento intelectual, en condiciones de disfunción emocional importante.
La educación de los propios sentimientos. Todos contamos con la posibilidad de conducir en bastante grado los sentimientos propios o los ajenos. La propia sociedad en la que vivimos, nos convence de modo consumista sobre las ventajas de un producto, lo que provoca un cambio de sentimiento en el espectador. Lo mismo ocurre cuanto tratamos de convencer a alguien de nuestras virtudes, de las ventajas de adquirir alguna cosa s implemente modificar los sentimientos para llevarlos a nuestro terreno. Todo esto lo sabemos, y aún así seguimos pensando muchas veces que los sentimientos difícilmente pueden educarse. Y decimos que las personas son tímidas o desvergonzadas, generosas o envidiosas, depresivas o exaltadas, cariñosas o frías, optimistas o pesimistas, como si fuera algo que responde casi sólo a una inexorable naturaleza. No podemos negar, que las disposiciones sentimentales tienen un componente innato, pero sabemos también que la familia constituye el primer agente de socialización y de construcción de de la personalidad que se irá modificando con la influencia de la propia cultura en la que está inmersa, siendo la escuela un fuerte influjo en este proceso. Las disposiciones sentimentales pueden modelarse bastante. Hay malos y buenos sentimientos, y los sentimientos favorecen unas acciones y entorpecen otras, y por tanto favorecen o entorpecen una vida digna, iluminada por una guía moral, coherente con un proyecto personal que nos engrandece. La envidia, el egoísmo, la agresividad, la crueldad, la desidia, son ciertamente carencias de virtud, pero también son carencias de una adecuada educación de los correspondientes sentimientos, y son carencias que quebrantan notablemente las posibilidades de una vida feliz. Educar los sentimientos es algo importante, seguramente más que enseñar matemáticas o inglés. La ardua labor está en ocuparnos de hacerlos, mediante una labor que debe ser compartida tanto por la propia familia, la escuela y la constante vigilancia de la sociedad en la que viven.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE DIVERSOS AUTORES. En la actualidad, la IE se conceptualiza desde diversas posturas teóricas, a partir de las cuales se han generado distintas definiciones e instrumentos de medición. En términos generales, los modelos desarrollados de IE se han basado en tres perspectivas: las habilidades o competencias, los comportamientos y la inteligencia. Modelo de las cuatro-fases. Salovey y Mayer definieron la IE como: “La capacidad para identificar y traducir correctamente los signos y eventos emocionales personales y de los otros, elaborándolos y produciendo procesos de dirección emocional, pensamiento y comportamiento de manera efectiva y adecuada a las metas personales y el ambiente”. Esto se traduce en la capacidad que tienen los individuos para acceder a sus emociones y crear una sintonización e integración entre sus experiencias. Desde esta perspectiva, lo que se busca es identificar y controlar las emociones, pero para poder lograrlo tendremos que aprender la habilidad de razonar con las emociones.
MAYER Y SALOVEY El modelo que poponen, está compuesto de cuatro etapas de capacidades emocionales, cada una de las cuales se construye sobre la base de las habilidades logradas en la fase anterior. 1) Percepción e identificación emocional:. Estas habilidades se construyen en la edad infantil, a medida que vamos madurando nuestro abanico de emociones se va ampliando, y comienzan a ser asimiladas en nuestro pensamiento, para compararla con otras sensaciones. 2) El pensamiento: En el nivel consciente, el sistema límbico sirve como un mecanismo de alerta frente a los estímulos. Si el aviso emotivo permanece en el nivel inconsciente, significa que el pensamiento no está siendo capaz de usar las emociones para resolver problemas. Sin embargo, una vez que la emoción está conscientemente evaluada, puede guiar la acción y la toma de decisiones. 3) Razonamiento sobre emociones: En esta etapa, las reglas y la experiencia gobiernan a las emociones. Las influencias culturales y ambientales desempeñan un papel significativo en este nivel. 4) Regulación de las emociones: En esta etapa, se manejan y regulan las emociones con el fin de producir un crecimiento personal y en los demás.
Modelo de las competencias emocionales Goleman por su parte, definió la IE como la capacidad para reconocer y manejar nuestros propios sentimientos, motivarnos y monitorear nuestras relaciones. El modelo de las competencias emocionales comprende una serie de competencias que facilitan a las personas el manejo de las emociones, hacia uno mismo y hacia los demás. Este modelo formula la IE en términos de una teoría del desarrollo y propone una teoría de desempeño aplicable de manera directa al ámbito laboral y organizacional, centrado en el pronóstico de la excelencia laboral. Por ello, esta perspectiva está considerada una teoría mixta, basada en la cognición, personalidad, motivación, emoción, inteligencia y neurociencia; es decir, incluye procesos psicológicos cognitivos y no cognitivos.
DANIEL GOLEMAN Goleman en su libro Inteligencia Emocional habla de las siguientes habilidades: 1) Conciencia de sí mismo y de las propias emociones y su expresión. 2) Autorregulación. 3) Control de impulsos. 4) Control de la ansiedad. 5) Diferir las gratificaciones. 6) Regulación de estados de ánimo. 7) Motivación. 8) Optimismo ante las frustraciones. 9) Empatía. 10) Confianza en los demás. 11) Artes sociales. El modelo de Goleman (2001) concibe las competencias como rasgos de personalidad. Sin embargo, también pueden ser consideradas componentes de la IE, sobre todo aquellas que involucran la habilidad para relacionarse positivamente con los demás. Esto es, aquellas encontradas en el grupo de conciencia social y manejo de relaciones.
Modelo de la inteligencia emocional y social Bar-On (1997), por su parte, ha ofrecido otra definición de IE tomando como base a Salovey y Mayer (1990). La describe como un conjunto de conocimientos y habilidades en lo emocional y social que influyen en nuestra capacidad general para afrontar efectivamente las demandas de nuestro medio. Dicha habilidad se basa en la capacidad del individuo de ser consciente, comprender, controlar y expresar sus emociones de manera efectiva. El modelo de Bar-On, se fundamenta en las competencias, las cuales intentan explicar cómo un individuo se relaciona con las personas que le rodean y con su medio ambiente. Por tanto, la IE y la inteligencia social son consideradas un conjunto de factores de 6 interrelaciones emocionales, personales y sociales que influyen en la habilidad general para adaptarse de manera activa a las presiones y demandas del ambiente.
REUVEN BARON El modelo de Bar-On (1997) está compuesto por cinco elementos: 1) El componente intrapersonal: que reúne la habilidad de ser consciente, de comprender y relacionarse con otros. 2) El componente interpersonal: que implica la habilidad para manejar emociones fuertes y controlar sus impulsos. 3) El componente de manejo de estrés: que involucra la habilidad de tener una visión positiva y optimista. 4) el componente de estado de ánimo: que está constituido por la habilidad para adaptarse a los cambios y resolver problemas de naturaleza personal y social. 5) El componente de adaptabilidad o ajuste. En resumen, los modelos de inteligencia emocional sobre habilidad mental y mixta parten de dos bases distintas de análisis. Los modelos de habilidades se centran en las emociones y sus interacciones con el pensamiento, mientras que los mixtos alternan las habilidades mentales con una variedad de otras características.
Teoría de las inteligencias múltiples. Hasta ahora hemos supuesto que el conocimiento humano era unitario, y que era posible describir en forma adecuada las personas como poseedoras de una inteligencia única y cuantificable inteligencia. Gardner (1995) establece que tenemos en realidad nueve tipos de inteligencia. L Myoría de los individuos la totalidad de esas inteligencias, cada una desarrollada a un nivel particular, producto de la dotación biológica de cada uno, de su interacción con el ambiente y de la cultura en la que crecimos. No siempre las calificaciones más altas tienen como resultado los mejores profesionales. Si la inteligencia es una capacidad, esta se puede desarrollar, aunque no podemos negar el componente genético. Estas potencialidades se van a desarrollar en interacción con el ambiente, las experiencias y la educación recibida. Hasta la fecha, Howard Gradner y su equipo de la universidad de Harvard has identificado nueve tipos distintos: 1) Lingüística: Capacidad de usar las palabras de manera efectiva, en forma oral o escrita. La poseen los periodistas, escritores, abogados, poetas etc. Incluye por tanto la habilidad en el uso de la sintaxis, la fonética, la semántica y los usos pragmáticos del lenguaje (retórica, mnemónica, etc). 2) Lógico matemática: Capacidad para usar los números de manera efectiva y razonar adecuadamente. La tienen los científicos, matemáticos ingenieros etc. 3) Cinestésica- corporal: Es la capacidad de usar todo el cuerpo en la expresión de ideas y sentimientos, así como también la capacidad de utilizar todo el cuerpo para realizar actividades o resolver problemas. La poseen los bailarines, deportistas, cirujanos, actores etc. 4) Musical: Es la capacidad de percibir, transformar y expresar las formas musicales. Incluye la sensibilidad al ritmo, al tono y al timbre. La poseen los músicos, los cantantes etc. 5) Espacial: Es la capacidad de pensar en tres dimensiones. Consiste en definitiva en formar un modelo metal del mundo en tres dimensiones. La tienen los ajedrecistas, los arquitectos, los geógrafos etc. 6) Interpersonal: Capacidad de entender a los demás e interactuar eficazmente con ellos. Corresponde a los líderes políticos y religiosos, vendedores etc. 7) Intrapersonal: Capacidad de construir una percepción precisa respecto de sí mismo y de organizar y dirigir su propia vida. Se encuentra muy desarrollada en teólogos, filósofos y psicólogos entre otros. 8) Naturalista: Capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas, tanto del ambiente urbano, como rural. La poseen los botánicos, cazadores, ecologistas y paisajistas entre otros. 9) Existencial: Relacionada con las preguntas que los seres humanos se hacen sobre la existencia. Las otras inteligencias tienen contenidos más concretos, pero el contendido al que se refiere la inteligencia existencial es más difícil de ver, porque son cosas demasiado grandes como el universo o demasiado pequeñas. Esta teoría de las inteligencias múltiples, nos presenta una comprensión más amplia del ser humano y de las distintas formas que tiene para aprender y manifestar sus conocimientos intelectuales y sociales. Ofrecer actividades motivadoras para nuestro alumnado, de acuerdo con sus intereses, les permitirá motivarse, descubrir su propio conocimiento y mejora del proceso de Enseñanza-Aprendizaje.
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