LA NOCHE OSCURA DEL ALMA O DEL SENTIDO (ACTIVA/PASIVA)

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"La noche oscura del alma o del sentido" es la mortificación de nuestros apetitos así como la negación de los gustos del alma para caminar hacia la unión con Dios. Todas las cosas de la tierra y del cielo comparadas con Dios nada son.
Isidro Esparza Marín
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LA NOCHE OSCURA DEL ALMA O DEL SENTIDO

¿QUE ES LA NOCHE OSCURA DEL ALMA O DEL SENTIDO?Llamamos NOCHE a la privación del apego o deseo de la voluntad por alcanzar las cosas de este mundo. El alma que se hubiera negado y rechazado de sí al apego ya sea por vista, gusto, tacto, olfato, oido lo que llamamos los sentidos externos o inferiores, este vacío, este no estar asido ni ligado a nada, es decir, es como si estuviera de noche y a oscuras. Lo dice San Juan de la Cruz de una forma muy clara y nítida: "aprended a estaros vacíos de todas las cosas, tanto interiores como exteriores y veréis como Dios resplandece en vuestros corazones".Por eso Dios puede entrar en nuestro corazón porque nada en él ocupa el lugar que Dios desea ocupar en nosotros.En Apocalipsis 3, 20 dice. "He aquí, que YO estoy a la puerta y llamo; si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y Él conmigo" A esta desnudez San Juan de la Cruz le llama "LA NOCHE OSCURA DEL ALMA", ya que si tiene apego por algo su alma no estará desnuda."Dichoso el corazón enamorado que sólo en Tí ha puesto su pensamiento y que por Tí ha renunciado a todo lo que le ofrece este mundo y que sólo en Tí ha encontrado y encuentra su alegría, felicidad y gloria".Lo que entra en el alma es el deseo y la voluntad en gozar de las cosas de este mundo, así pues, lo que deja al alma libre y vacía es la desnudez (rechazo) del gusto y apetito por ellas."La noche oscura del sentido" es la mortificación de los apetitos y negación de los gustos del alma con el fin de caminar hacia la unión con Dios. Todas las cosas de la tierra y del cielo comparadas con Dios nada son. LAS 3 ETAPAS DE LA VIDA ESPIRITUAL DE LOS APOSTOLESPrincipiantes: 1. Encuentro de los discípulos con Jesús hasta la pasión y Su muerte.1ª NOCHE OSCURA DE LOS SENTIDOS TANTO INTERNOS COMO EXTERNOS (3 días):1. Pasión de Jesús: Los 3 días desde Su muerte hasta Su Resurrección.Aprovechados (42 días):1. Desde Su Resurrección hasta Su Ascensión.Noche oscura del espíritu:1. Desde Su Ascensión hasta la venida del E.S.Perfectos:1. Desde la venida del E.S. hasta la marcha al cielo de cada uno de los apóstoles.

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LA NOCHE ACTIVA DE LOS SENTIDOS (ACTIVA/PASIVA)

"La noche oscura" la describe San Juan de la Cruz en su libro “Subida al monte Carmelo”, como una situación de especial angustia y sufrimiento, que es necesario pasar, para alcanzar en esta vida la perfecta unión con el Señor, para aquel que le interese alcanzarla. "La noche oscura" consta de dos fases, la primera es una fase activa que se denominan “noche activa de los sentidos”, dentro de la cual, a su vez se pueden encuadrar, la llamada "noche activa de las potencias". La segunda fase, es pasiva, y se denomina “noche pasiva de los sentidos”, durante la cual, el alma tiene una actitud pasiva, pues es el Señor el que toma la iniciativa. Es en esta fase donde el alma obtiene la experiencia de la unión con Dios. En la primera fase, en la activa de los sentidos, es el alma la que lucha para perfeccionarse y librarse de sus faltas y pecados. Este es el camino que el alma ha de seguir, para pasar de la llamada lucha ascética, a la mística, donde el alma alcanza la perfecta contemplación. NOCHE DEL ALMA CARACTERÍSTICAS CLASE DE ORACIÓN + Noche activa de los sentidos + Dominio de los apetitos. + Oración y Meditación discursiva. + Noche activa de las potencias del alma + Inteligencia.- Depuración de la fe. + Memoria.- Vaciamiento de los recuerdos, y fortalecimiento de la esperanza. + Voluntad.- Depuración de los afectos de la voluntad: gozo, esperanza, dolor y temor. + Meditación y Contemplación. + Noche pasiva del espíritu o Noche sosegada + Matrimonio espiritual. + Plenamente Contemplativa. La fase que aquí nos interesa examinar, es precisamente la denominada, "noche activa de los sentidos". Terminada esta comenzará la llamada "noche pasiva de los sentidos". En esta primera fase activa, el hombre tiene que morir al pecado. Puede ofrecerse para ser crucificado, pero él no puede crucificarse a sí mismo, por más que el alma se ayude ella no puede activamente purificarse, tal como explica Edith Stein. Cuando la "noche activa" ha comenzado, debe de completarlo la "noche pasiva", esto es, el mismo Dios la completará, porque una vez que el alma abandona el gusto de las cosas de este mundo, siente algo así, como si el suelo le faltara bajo sus pies. Pero no es esto lo que sucede, sino que quedamos asentados sobre un camino más seguro, aunque tenebroso y envuelto en la noche: el camino de la fe, es el camino que conduce a la meta, de la divina unión. Pero no vamos a tratar en esta glosa, de esta última fase del proceso de la “Noche oscura del alma”, sino de la fase anterior, llamada en contraposición a la posterior, "la noche activa de los sentidos". Es en esta primera fase, aquella en que el alma motivada por su amor al Señor, busca la forma de llegar plenamente a Él, pero toma la conciencia y la iniciativa, de que lo primero que ha de hacer es purificarse ya aquí en este mundo, librándose de sus vicios y pecados. Siguiendo a Santa Teresa Benedicta de la Cruz, es decir a Edith Stein, que detalladamente desmenuzó el pensamiento de San Juan de la Cruz, diremos que: San Juan de la Cruz, llama "noche oscura del sentido o de los sentidos", al punto de partida o fase primera de la noche. Aquí la contemplación consiste en la privación del gusto en el apetito de todas las cosas. A la sequedad se le añade el tormento del miedo a ir equivocado. Pensando que se les ha acabado el bien espiritual y que Dios le ha dejado a uno. El que se encuentra en esta situación, se empeñan en obrar como antes acostumbraban y no consiguen otra cosa sino turbar la paz que Dios va imponiendo en él. Para Lázaro Albar, la experiencia de la “noche”, puede presentar diversas caras: como vacío interior, como momento de confusión, como aridez espiritual, como ceguera del espíritu, como cansancio y como turbación. En esta situación no deben tomarse decisiones, se ha de permanecer en la espera contemplativa y en el abandono en Dios. Esta "noche del sentido", que acompaña a la contemplación y es, a su vez, resultado de la misma contemplación, es, por lo general, una experiencia dura y con frecuencia prolongada… Según nos manifiesta San Juan de la Cruz las señales y condiciones en que se conocerá que el espiritual va por el camino de esta noche y purgación sensitiva son: 1.- Sequedad y aridez a todos los niveles. 2.- Cierto desasosiego interior. 3.- No poder meditar y si sentirse atraído a contemplar durante la oración. En la "noche activa de los sentidos", además de la sequedad y vacío se vuelve el alma humilde. Desaparece la soberbia anterior, porque ya no encuentra en sí que pueda servirle de apoyo para despreciar a los demás; más bien le parecen los demás mucho más perfectos y en consecuencia nace en su corazón el amor y el aprecio hacia ellos. Tienen mucho que hacer con su propia miseria, para ocuparse de los demás. A causa de su desamparo se vuelve el alma sumisa y obediente: desea ser adoctrinada para encontrar el camino recto. La avaricia espiritual se ha curado radicalmente. El alma se ha hecho frugal y moderada. Todo lo que hace, lo hace solo para cumplir la voluntad divina, sin buscar en ello su propia satisfacción. Dentro de "la noche del espíritu o noche de las potencias" del alma, Nemeck y Coombs, en su libro “Nuestra trayectoria espiritual”, nos hablan de tres noches, o subnoches que se pasan en este trance y ellas son: "la noche de la fe, la noche de la esperanza, y la noche de la caridad o del amor". La primera va referida según San Juan de la Cruz, a la inteligencia; la segunda a la memoria; y la tercera a la voluntad. Con referencia a la fe, sucede o puede suceder en la persona, que cuando la razón es cegada por la luz divina, se desencadenan en el alma tentaciones contra la fe, crisis y pruebas de fe, que San Juan de la Cruz llama “noche oscura de la fe”. Se pueden presentar tremendas crisis de fe en el alma que se encuentra en este trance. La fe es vivida siempre en la oscuridad, por todo aquel que es creyente, porque si su fe fuese evidencia para él, no se le llamaría creyente, sino evidente. La fe es una oscuridad más o menos importante, de acuerdo con el amor que se le tenga al Señor, porque a mayor amor al Señor, la fe será menos oscura, ya que las virtudes teologales crecen y decrecen al unísono. Esta idea le movió a Santa Teresa de Lisieux a afirmar lo que puede parecer un contrasentido al decir que: “Puede haber una fe firme y serena junto a la más profunda oscuridad del alma”. Se entiende que esto pueda ser así, pues el amor al Señor es muy grande en esa alma. Con referencia a la noche oscura de la esperanza, es de tener presente que: “San Pablo continuamente en sus epístolas, habla de su experiencia de esperanza como algo que le desgarra por dentro y que le vacía de su viejo yo. “La esperanza cristiana nos hace romper amarras dejándonos en anhelante expectación”. (Rm 8,25). “La esperanza cristiana está cargada de tensión, esa tensión de estar lanzado hacia delante”. (Flp 3,13). Los grandes poetas místicos como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, lo expresan con frases como estas: "Vivo sin vivir en mi y de tal manera espero, que muero porque no muero”. Con referencia a la Caridad, entendida como el Amor que le debemos a Dios, hemos de ver y comprender, que en "la noche del espíritu", el fuego del amor divino en nosotros, nos va transformando y purificando de un modo cada vez más interior e íntimo. Esta será la forma o el camino que hemos de seguir si queremos comprender que la total madurez de la vida espiritual, no puede alcanzarse sin pasar primero por el pavor, la angustia, la preocupación y el miedo que acompaña necesariamente a la crisis interior de la muerte espiritual, en la que finalmente abandonamos nuestro apego a nuestro yo exterior y nos rendimos completamente a Cristo.

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LA NOCHE OSCURA DEL ALMA (*)

No podía San Juan del Cruz, carmelita descalzo, sustraerse al amor al Carmelo, y por ello su obra máxima lleva por título: "Subida al monte Carmelo". “La Noche oscura” para San Juan de la Cruz, es todo el itinerario espiritual del alma hacia Dios, y en su última fase es el itinerario mismo, o el camino por donde ha de ir el alma a esta unión que desea tener con su Señor. Para San Juan de la Cruz, "noche" quiere decir desnudez y privación. "Las noches", son las privaciones y purificaciones por las que el alma tiene que pasar para alcanzar la unión con Dios. Se las llama noche, porque el alma camina por ellas a oscuras, como en una noche cerrada y sin luna.En este libro, el santo nos da cuenta de las distintas etapas, por las que un alma ha de pasar en el desarrollo de su vida espiritual, si es que el alma de que se trate quiere alcanzar el sumo grado de la perfección de la santidad, que tras una incondicional entrega al amor del Señor, ella llegará a una perfecta unión con Él. Este es el camino de un alma, para alcanzar la realización de ese grado de perfección en su amor al Señor que alcanzó San Pablo cuando exclamó: "No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí”. (Gal 2, 20).San Juan de la Cruz, miembro fundador del Carmelo descalzo y doctor de la Iglesia, escogió la imagen del monte que le da nombre a su Orden religiosa, para crear una metáfora, en su libro: “La subida al Monte Carmelo”. Este monte, situado sobre la costa norte de Palestina, es el monte de las hazañas del profeta Elías, padre espiritual de la Orden del Carmelo. A los pies del monte Carmelo, en su umbría, se asienta hoy en día, la ciudad de Haifa, y frente por frente al otro lado de la ensenada está San Juan de Acre, que fue el último reducto cristiano mantenido por los cruzados en Tierra santa. Y en lo alto del monte, en la antigua gruta del eremita profeta Elías, está situado, con una incomparable vista sobre el mar mediterráneo hacia occidente, el santuario de “Stella Maris”, que es el Santuario madre de la Orden de Nuestra Señora del Carmen.Sobre San Juan de la Cruz, la santa carmelita descalza Edith Stein, hoy en día Santa Teresa Benedicta de la Cruz, martirizada y gaseada por los nazis en el campo de concentración de Auschwitz el 9 de agosto de 1942, en razón de su etnia hebrea, ella ha escrito abundantemente, sobre San Juan de la Cruz, con su fuerte preparación filosófico-teológica, ya que antes de su conversión y entrada en el Carmelo teresiano, era catedrática de filosofía, y así nos dice: “El santo no ha escrito sus obras para todos. No es que pretenda excluir a alguien expresamente, mas sabe que solo puede ser comprendido por un limitado círculo de personas, con una experiencia de vida interior. Y piensa en primer lugar, en los Carmelitas y las Carmelitas cuya vocación propia es la contemplación”.Y lo que afirma tiene pleno sentido, porque el paso de la lucha ascética a la mística, solo se consigue cuando se accede perfectamente a la contemplación.La muerte de Cristo, escribe Hugh Benson, no solo hizo posible una mera amistad, sino distintos grados de ella, a los que ni siquiera los ángeles pueden aspirar. Y, gracias a esa preciosísima sangre, un alma no solo puede pasar de la muerte a la vida, sino que, por sucesivos peldaños, etapas y niveles, puede llegar a la perfección de la santidad misma, aun viviendo en este mundo. Es San Juan de la Cruz el que nos habla sobre esta perfección, y entre otras muchas cosas nos dice que esto sucederá en un alma, cuando esta haya entrado en el pleno ejercicio de los llamados sentidos espirituales, que empiezan a despertar en la persona a medida que su alma va muriendo a la satisfacción de los deseos corporales.Con ese extraordinario don de entendimiento y con la sabiduría que Dios da, al que alcanza la unión mística con Él, San Juan de la Cruz ha sido el místico que con más exactitud y extensión ha escrito sobre la importancia que en el desarrollo de la vida espiritual de un alma, tiene, el paso de la ascética a la mística, porque hay una distinción radical entre la unión con el Señor por razón de gracia y la unión mística, lo que determina una distinta manera de la presencia divina en el alma. Son dos distintas vías escalonadas, en la que la primera, la unión por gracia, es decir la que es más general en la vida ordinaria, prepara el camino a la segunda, a la unión mística.Para que el alma entre en la segunda vía, en la de la unión mística, se hace necesario e imprescindible que esta alma, sea previamente purificada por las angustias y sufrimientos, que proporciona lo que el santo carmelita denominó, por primera vez la “noche oscura”. En términos de espiritualidad, “Noche” es todo el camino del recorrido espiritual del alma hacia Dios: es el camino mismo o como escribe San Juan de la Cruz, el camino por donde ha de ir el alma a esta unión. "Noche" para San Juan de la Cruz, quiere decir privación y desnudez. Las noches, son las privaciones y purificaciones por las que el alma tiene que pasar para alcanzar la unión con Dios. Se las llama noche, porque el alma camina por ellas “como de noche oscura”.San Juan de la Cruz, nos hace ver, que la finalidad de la “noche oscura”, no es la de castigar o afligir, sino que radica en la necesidad, de que nuestro corazón de hombre, sea liberado, purificado e iluminado en el amor perfecto. El camino que Dios nos hace recorrer, por estas sendas oscuras del miedo, no nos conduce a la desesperación, sino al gozo perfecto, no al infierno sino al cielo.“La noche oscura”, es la crisis de sufrimiento que arranca las raíces que nos unen a este mundo, es un puro don de Dios. Es un don que debemos de prepararnos a recibir por medio de renunciar a nosotros mismos. Si no tomamos la firme resolución de renunciar a todos los apegos, el E. S. no nos llevará a la oscuridad, al corazón de la desolación mística, en el que Dios nos libera de la confusión, de la multiplicidad de necesidades y deseos, a fin de darnos la unidad en Él y con Él.San Juan de la Cruz, nos hace comprender, que la total madurez de la vida espiritual, no puede alcanzarse sin pasar primero por el pavor, la angustia, la preocupación y el miedo que acompaña necesariamente a la crisis interior de la muerte espiritual, en la que finalmente abandonamos nuestro apego a nuestro yo exterior y nos rendimos completamente a Cristo.El grado de angustia y temor que se puede llegar a soportar en la “noche oscura”, llega a alcanzar y hasta le hace sentir, al alma el insoportable peso de la divina Justicia, dándole la sensación de haber sido esta, reprobada por Él definitivamente, lo cual le produce al alma un tormento mortal, que no hace disminuir su viva fe y su ardiente amor a Dios.Repetidamente hemos señalado en otras glosas que Dios nos creó a todos diferentes no solo de cuerpo sino también de alma, lo que determina que nuestras personales relaciones con Dios, teniendo un norte común que es el amor, este se expresa o lo expresamos de distinta forma a Él, por lo que nuestros caminos de vida espiritual son siempre distintos. Pero ello no implica que de una forma u otra aquel que quiera llegar a una perfección de santidad, alcanzando una entrega absoluta sin reserva alguna al Señor, ha de pasar por las purificaciones que son necesarias y tendrá su noche oscura. Pero el paso por la noche oscura será siempre distinto para cada alma. Nemeck y Coombs, a este respecto señalan que: “No hay dos personas que experimenten la noche exactamente igual, puesto que no existen dos personas que se unan a Dios en amor transformante, siguiendo el mismo camino. Cada uno de nosotros experimenta y refleja el amor de Dios de un modo único, personal e irrepetible. En la vida espiritual, no existen las copias ni los clones”.El paso por la “noche oscura” tiene dos fases, una activa y otra pasiva, que se denominan “noche activa de los sentidos”, y “noche pasiva de los sentidos”. Para atravesar la noche por completo en sus dos fases, el hombre tiene que morir al pecado. Puede ofrecerse para ser crucificado, pero él no puede crucificarse a sí mismo. Por ello, lo que la noche activa ha comenzado, debe de completarlo la noche pasiva, esto es el mismo Dios, porque por más que el alma se ayude no puede ella activamente purificarse, tal como explica Edith Stein. Una vez que el alma abandona el gusto por las cosas de este mundo, siente algo así, como si el suelo le faltara bajo sus pies. Pero no es esto lo que sucede, sino que de hecho quedamos asentados sobre un camino más seguro, aunque tenebroso y envuelto en la noche: el camino de la fe. Es el camino que conduce a la meta, de la divina unión.La actuación divina resulta imprescindible, de aquí que se hable de "noche pasiva", dada la pasividad del alma en esta situación, cuya actitud solo puede ser, la de una absoluta docilidad. De aquí, que también a esta fase se la denomine “noche sosegada del alma”.LA NOCHE ACTIVA DE LOS SENTIDOS"La noche oscura" la describe San Juan de la Cruz en su libro “Subida al monte Carmelo”, como un situación de especial angustia y sufrimiento, que es necesario pasar, para alcanzar en esta vida la perfecta unión con el Señor, para aquel que le interese alcanzarla."La noche oscura" consta de dos fases, la primera es una fase activa que se denominan “noche activa de los sentidos”, dentro de la cual, a su vez se pueden encuadrar, la llamada "noche activa de las potencias". La segunda fase, es pasiva, y se denomina “noche pasiva de los sentidos”, durante la cual, el alma tiene una actitud pasiva, pues es el Señor el que toma la iniciativa. Es en esta fase donde el alma obtiene la experiencia de la unión con Dios.En la primera fase, en la activa de los sentidos, es el alma la que lucha para perfeccionarse y librarse de sus faltas y pecados. Este es el camino que el alma ha de seguir, para pasar de la llamada lucha ascética, a la mística, donde el alma alcanza la perfecta contemplación.NOCHE DEL ALMA CARACTERÍSTICAS CLASE DE ORACIÓN+ Noche activa de los sentidos+ Dominio de los apetitos.+ Oración y Meditación discursiva.+ Noche activa de las potencias del alma+ Inteligencia.- Depuración de la fe.+ Memoria.- Vaciamiento de los recuerdos, y fortalecimiento de la esperanza.+ Voluntad.- Depuración de los afectos de la voluntad: gozo, esperanza, dolor y temor.+ Meditación y Contemplación.+ Noche pasiva del espíritu o Noche sosegada del alma+ Matrimonio espiritual.+ Plenamente Contemplativa.La fase que aquí nos interesa examinar, es precisamente la denominada, "noche activa de los sentidos". Terminada esta comenzará la llamada "noche pasiva de los sentidos". En esta primera fase activa, el hombre tiene que morir al pecado. Puede ofrecerse para ser crucificado, pero él no puede crucificarse a sí mismo, por más que el alma se ayude ella no puede activamente purificarse, tal como explica Edith Stein. Cuando la "noche activa de los sentidos" ha comenzado, debe de completarlo la "noche pasiva de los sentidos", esto es, el mismo Dios la completará, porque una vez que el alma abandona el gusto por las cosas de este mundo, siente algo así, como si el suelo le faltara bajo sus pies. Pero no es esto lo que sucede, sino que quedamos asentados sobre un camino más seguro, aunque tenebroso y envuelto en la noche: el camino de la fe, es el camino que conduce a la meta, de la divina unión.Pero no vamos a tratar en este momento, de esta última fase del proceso de la “Noche pasiva de los sentidos”, sino de la fase anterior, llamada en contraposición a la posterior, "la noche activa de los sentidos". Es en esta primera fase, en que el alma motivada por su amor al Señor, busca la forma de llegar plenamente a Él, pero toma la conciencia y la iniciativa, de que lo primero que ha de hacer es purificarse ya aquí en este mundo, librándose de sus vicios y pecados.Siguiendo a Santa Teresa Benedicta de la Cruz, es decir a Edith Stein, que detalladamente desmenuzó el pensamiento de San Juan de la Cruz, diremos que: San Juan de la Cruz, llama "noche oscura del sentido o de los sentidos", al punto de partida o fase primera de la noche. Aquí la contemplación consiste en la privación del gusto en el apetito de todas las cosas. A la sequedad se le añade el tormento del miedo a ir equivocado. Pensando que se les ha acabado el bien espiritual y que Dios le ha dejado a uno. El que se encuentra en esta situación, se empeñan en obrar como antes acostumbraban y no consiguen otra cosa sino turbar la paz que Dios va imponiendo en él.Para Lázaro Albar, la experiencia de la “noche”, puede presentar diversas caras: como vacío interior, como momento de confusión, como aridez espiritual, como ceguera del espíritu, como cansancio y como turbación. En esta situación no deben tomarse decisiones, se ha de permanecer en la espera contemplativa y en el abandono en Dios.Esta "noche del sentido", que acompaña a la contemplación y es, a su vez, resultado de la misma contemplación, es, por lo general, una experiencia dura y con frecuencia prolongada… Según nos manifiesta San Juan de la Cruz las señales y condiciones en que se conocerá que el espiritual va por el camino de esta noche y purgación sensitiva son:1.- Sequedad y aridez a todos los niveles.2.- Cierto desasosiego interior.3.- No poder meditar y sí sentirse atraído a contemplar durante la oración.En la "noche activa de los sentidos", además de la sequedad y vacío se vuelve el alma humilde. Desaparece la soberbia anterior, porque ya no encuentra en sí que pueda servirle de apoyo para despreciar a los demás; más bien le parecen los demás mucho más perfectos y en consecuencia nace en su corazón el amor y el aprecio hacia ellos. Tienen mucho que hacer con su propia miseria, para ocuparse de los demás. A causa de su desamparo se vuelve el alma sumisa y obediente: desea ser adoctrinada para encontrar el camino recto. La avaricia espiritual se ha curado radicalmente. El alma se ha hecho frugal y moderada. Todo lo que hace, lo hace solo para cumplir la voluntad divina, sin buscar en ello su propia satisfacción.Dentro de "la noche del espíritu o noche de las potencias" del alma, Nemeck y Coombs, en su libro “Nuestra trayectoria espiritual”, nos hablan de tres noches, o subnoches que se pasan en este trance y ellas son: "la noche de la fe, la noche de la esperanza, y la noche de la caridad o del amor". La primera va referida según San Juan de la Cruz, a la inteligencia; la segunda a la memoria; y la tercera a la voluntad.Con referencia a la fe, sucede o puede suceder en la persona, que cuando la razón es cegada por la luz divina, se desencadenan en el alma tentaciones contra la fe, crisis y pruebas de fe, que San Juan de la Cruz llama “noche oscura de la fe”. Se pueden presentar tremendas crisis de fe en el alma que se encuentra en este trance. La fe es vivida siempre en la oscuridad, por todo aquel que es creyente, porque si su fe fuese evidencia para él, no se le llamaría creyente, sino evidente. La fe es una oscuridad más o menos importante, de acuerdo con el amor que se le tenga al Señor, porque a mayor amor al Señor, la fe será menos oscura, ya que las virtudes teologales crecen y decrecen al unísono. Esta idea le movió a Santa Teresa de Lisieux a afirmar lo que puede parecer un contrasentido al decir que: “Puede haber una fe firme y serena junto a la más profunda oscuridad del alma”. Se entiende que esto pueda ser así, pues el amor al Señor es muy grande en esa alma.Con referencia a la noche oscura de la esperanza, es de tener presente que: “San Pablo continuamente en sus epístolas, habla de su experiencia de esperanza como algo que le desgarra por dentro y que le vacía de su viejo yo. “La esperanza cristiana nos hace romper amarras dejándonos en anhelante expectación”. (Rm 8,25). “La esperanza cristiana está cargada de tensión, esa tensión de estar lanzado hacia delante”. (Flp 3,13). Los grandes poetas místicos como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, lo expresan con frases como estas:"Vivo sin vivir en miy de tal manera espero,que muero porque no muero”.Con referencia a la Caridad, entendida como el Amor que le debemos a Dios, hemos de ver y comprender, que en "la noche del espíritu", el fuego del amor divino en nosotros, nos va transformando y purificando de un modo cada vez más interior e íntimo. Esta será la forma o el camino que hemos de seguir si queremos comprender que la total madurez de la vida espiritual, no puede alcanzarse sin pasar primero por el pavor, la angustia, la preocupación y el miedo que acompaña necesariamente a la crisis interior de la muerte espiritual, en la que finalmente abandonamos nuestro apego a nuestro yo exterior y nos rendimos completamente a Cristo.LA NOCHE PASIVA DE LOS SENTIDOSLa "Noche oscura del alma", es el proceso de purificación al que somete el Señor, al alma que sigue avanzando sin desfallecer, en el camino de su vida espiritual ansiando encontrar su unión con Cristo como consecuencia de su entrega sin reparos a su voluntad.Como ya hemos dicho anteriormente la "Noche oscura" tiene dos fases en su desarrollo. La primera es la denominada “Noche activa de los sentidos” y también de "las potencias del alma", durante la cual es el alma la que tiene la iniciativa, buscando el perdón y el arrepentimiento de sus faltas y pecados, y combate por acceder a encontrar el amor del Señor. Es esta la fase que corresponde la llamada lucha ascética. En la segunda fase, denominada “Noche pasiva de los sentidos”, no es el alma la que trabaja, ella se queda pasiva, la iniciativa está ya en manos del Señor. Es esta la fase que podemos denominar mística y de la que ahora nos vamos a ocupar.Durante todo el proceso del paso por la "noche oscura del alma", las clases de oración que el alma práctica va cambiando en la medida que se va avanzando en este camino de la vida espiritual. Para mejor comprender las ideas y pensamientos de San Juan de la Cruz, adjuntamos también aquí a continuación, el cuadro de síntesis, explicativo del proceso:NOCHE DEL ALMA CARACTERÍSTICAS CLASE DE ORACIÓN+ Noche activa de los sentidos+ Dominio de los apetitos.+ Oración y Meditación discursiva.+ Noche activa de las potencias del alma+ Inteligencia.- Depuración de la fe.+ Memoria.- Vaciamiento de los recuerdos, y fortalecimiento de la esperanza.+ Voluntad.- Depuración de los afectos de la voluntad: gozo, esperanza, dolor y temor.+ Meditación y Contemplación.+ Noche pasiva del espíritu o Noche sosegada+ Matrimonio espiritual.+ Plenamente Contemplativa."La noche pasiva de los sentidos o del espíritu" también es llamada por San Juan de la Cruz, como la “Noche sosegada”. Es dentro de esta fase o etapa donde se realiza la experiencia de la unión con Dios, también denominada, “Desposorio espiritual”, “Llama viva”, o “Herida espiritual de amor”. San Juan de la Cruz, describe el mismo, "el matrimonio espiritual" como una entrega total de Dios al alma y del alma a Dios y atribuye tal poder al alma que se encuentra en este grado de perfección, que no solo es dueña de sí misma, sino que lo es también de Dios.Llegados a este punto el alma ha dado ya el paso de lo ascético o actividad espiritual, a lo místico o pasividad del espíritu, pues ahora la actividad es del Señor, Él es el que toma la iniciativa y actúa. El adjetivo “místico”, expresa la acción directa e inmediata de Dios en el alma, junto con la conciencia que el alma tiene de tal hecho. De ahí, que básicamente “místico” sea sinónimo de “contemplativo”, aunque por lo general la palabra mística se suele reservar para designar los estados más avanzados del proceso contemplativo del alma. De todas formas es de ver que durante las primeras fases de la contemplación, no somos normalmente conscientes de la acción divina en nosotros.Cuando se inicia en el alma esta fase de "la noche sosegada", es en este momento cuando se enciende en nosotros, una sed insaciable y deseos incontenibles de una comunión de amor más perfecta... Nos extasiamos hasta el punto de que con todas las fibras de nuestro ser, anhelamos el que Dios llegue a ser totalmente nuestro Todo. El misterio que fundamenta "el matrimonio espiritual", es que Dios desea entregársenos a si mismo por amor, lo más plenamente posible en esta vida, y Dios nos llama a entregarnos a Él por amor lo más totalmente posible en esta vida.Al responder libremente a esa llamada somos divinizados y vamos llegando a ser Dios por participación. En otras palabras, Dios diviniza en esta vida al alma que ha llegado a entregarse a Él, habiendo pasado y recorrido en su totalidad el camino de la "Noche oscura del alma".Para Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, la idea del matrimonio en ninguna otra parte se cumple tan propia y perfectamente como en la unión amorosa de Dios con el alma…, y se comprende ya que Dios es el propio y natural esposo, y todas las relaciones matrimoniales humanas se ven como reproducciones imperfectas de aquel original y tipo primero.Para esta santa: “Mediante la Encarnación, Dios hombre, abrió una vía de comunicación con cada alma y en cierto modo vuelve a encarnarse y hacerse hombre cada vez que un alma se le entrega, tan sin reservas que pueda ser elevada esta alma, hasta el matrimonio místico. Cierto que hay una diferencia esencial, porque en Cristo Jesús ambas naturalezas (la humana y la divina) se unen en una persona. Mientras que en el "matrimonio místico", entran en contacto y se unen dos personas, manteniendo su dualidad”. Y sigue escribiendo la santa: “En "el matrimonio espiritual", Dios le descubre sus secretos como a un amigo y le comunica la ciencia sabrosa de la teología mística, la ciencia secreta de Dios. Ella a su vez se entrega a Dios con entrega total, sin dejar cosa alguna. Quiere ser toda suya, y no tener en sí jamás cosa que no sea Él”.

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LA NOCHE PASIVA DE LOS SENTIDOS (*)

Esta es la tercera glosa que dedicamos al tema de la "Noche oscura del alma", descrita por San Juan de la Cruz en su libro, “La subida al monte Carmelo”. Como hemos venido escribiendo, la "Noche oscura del alma", es el proceso de purificación al que somete el Señor, al alma que sigue avanzando sin desfallecer, en el camino de su vida espiritual ansiando encontrar su unión con Cristo como consecuencia de su entrega sin reparos a su voluntad.Como ya hemos dicho anteriormente la "Noche oscura" tiene dos fases en su desarrollo. La primera es la denominada “Noche activa de los sentidos” y también de "las potencias del alma", durante la cual es el alma la que tiene la iniciativa, buscando el perdón y el arrepentimiento de sus faltas y pecados, y combate por acceder a encontrar el amor del Señor. Es esta la fase que corresponde la llamada lucha ascética. En la segunda fase, denominada “Noche pasiva de los sentidos”, no es el alma la que trabaja, ella se queda pasiva, la iniciativa está ya en manos del Señor. Es esta la fase que podemos denominar mística y de la que ahora nos vamos a ocupar.Durante todo el proceso del paso por la "noche oscura del alma", las clases de oración que el alma práctica va cambiando en la medida que se va avanzando en este camino de la vida espiritual. Para mejor comprender las ideas y pensamientos de San Juan de la Cruz, y recordar lo publicado anteriormente, adjuntamos también aquí a continuación, el cuadro de síntesis, explicativo del proceso, que ya aparecía en la glosa anterior.NOCHE DEL ALMA CARACTERÍSTICAS CLASE DE ORACIÓN+ Noche activa de los sentidos+ Dominio de los apetitos.+ Oración y Meditación discursiva.+ Noche activa de las potencias del alma+ Inteligencia.- Depuración de la fe.+ Memoria.- Vaciamiento de los recuerdos, y fortalecimiento de la esperanza.+ Voluntad.- Depuración de los afectos de la voluntad: gozo, esperanza, dolor y temor.+ Meditación y Contemplación.+ Noche pasiva del espíritu o Noche sosegada+ Matrimonio espiritual.+ Plenamente Contemplativa."La noche pasiva de los sentidos o del espíritu" también es llamada por San Juan de la Cruz, como la “Noche sosegada”. Es dentro de esta fase o etapa donde se realiza la experiencia de la unión con Dios, también denominada, “Desposorio espiritual”, “Llama viva”, o “Herida espiritual de amor”. San Juan de la Cruz, describe el mismo, "el matrimonio espiritual" como una entrega libérrima de Dios al alma y del alma a Dios y atribuye tal poder al alma que se encuentra en este grado de perfección, que no solo es dueña de sí misma, sino que lo es también de Dios.Llegados a este punto el alma ha dado ya el paso de lo ascético o actividad espiritual, a lo místico o pasividad del espíritu, pues ahora la actividad es del Señor, Él es el que toma la iniciativa y actúa. Para los norteamericanos Nemeck y Coombs, el adjetivo “místico”, expresa la acción directa e inmediata de Dios en el alma, junto con la conciencia que el alma tiene de tal hecho. De ahí, que básicamente “místico” sea sinónimo de “contemplativo”, aunque por lo general la palabra mística se suele reservar para designar los estados más avanzados del proceso contemplativo del alma. De todas formas es de ver que durante las primeras fases de la contemplación, no somos normalmente conscientes de la acción divina en nosotros.Cuando se inicia en el alma esta fase de "la noche sosegada", es en este momento cuando se enciende en nosotros, una sed insaciable y deseos incontenibles de una comunión de amor más perfecta... Nos extasiamos hasta el punto de que con todas las fibras de nuestro ser, anhelamos el que Dios llegue a ser totalmente nuestro Todo. El misterio que fundamenta "el matrimonio espiritual", es que Dios desea entregársenos a si mismo por amor, lo más plenamente posible en esta vida, y Dios nos llama a entregarnos a Él por amor lo más totalmente posible en esta vida.Al responder libremente a esa llamada somos divinizados y vamos llegando a ser Dios por participación. En otras palabras, Dios diviniza en esta vida al alma que ha llegado a entregarse a Él, habiendo pasado y recorrido en su totalidad el camino de la "Noche oscura del alma".Para Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, la idea del matrimonio en ninguna otra parte se cumple tan propia y perfectamente como en la unión amorosa de Dios con el alma…, y se comprende ya que Dios es el propio y natural esposo, y todas las relaciones matrimoniales humanas se ven como reproducciones imperfectas de aquel original y tipo primero.Para esta santa: “Mediante la Encarnación, Dios hombre, abrió una vía de comunicación con cada alma y en cierto modo vuelve a encarnarse y hacerse hombre cada vez que un alma se le entrega, tan sin reservas que pueda ser elevada esta alma, hasta el matrimonio místico. Cierto que hay una diferencia esencial, porque en Cristo Jesús ambas naturalezas (la humana y la divina) se unen en una persona. Mientras que en el "matrimonio místico", entran en contacto y se unen dos personas, manteniendo su dualidad”. Y sigue escribiendo la santa: “En "el matrimonio espiritual", Dios le descubre sus secretos como a un amigo y le comunica la ciencia sabrosa de la teología mística, la ciencia secreta de Dios. Ella a su vez se entrega a Dios con entrega total, sin dejar cosa alguna. Quiere ser toda suya, y no tener en sí jamás cosa que no sea Él”

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