Existen en el mundo tres clases de personas: los Altos, los Medianos y los Bajos.
Se han subdividido de muchos modos, han llevado muy diversos nombres y su número relativo, así como la actitud que han guardado unos hacia otros, ha variado de época en época; pero la estructura esencial de la sociedad nunca ha cambiado.
Los fines de estos tres grupos son inconciliables. Los Altos quieren quedarse donde están. Los Medianos tratan de arrebatarles sus puestos a los Altos. La finalidad de los Bajos, cuando la tienen, consiste en abolir todas las distinciones y crear una sociedad en que todos los hombres sean iguales. Así, vuelve a presentarse continuamente la misma lucha social. Durante largos períodos, parece que los Altos se encuentran muy seguros en su poder, pero siempre llega un momento en que pierden la confianza en sí mismos o se debilita su capacidad para gobernar, o ambas cosas a la vez. Entonces son derrotados por los Medianos, que llevan junto a ellos a los Bajos porque les han asegurado que ellos representan la libertad y la justicia. En cuanto logran sus objetivos, los Medianos abandonan a los Bajos y los relegan a su antigua posición de servidumbre, convirtiéndose ellos en los Altos.
De los tres grupos, solamente los Bajos no logran sis objetivos ni siquiera transitoriamente. Y aunque sería exagerado afirmar que en toda la Historia no ha habido progreso material, ninguna reforma, ni revolución alguna ha conseguido acercarse ni un milímetro a la igualdad humana. ORWELL, George. "1984".
A lo largo de la historia, en las civilizaciones no ha variado:
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