Cuando se atiende a un niño y se aborda de acuerdo al enfoque psicoanalítico por lo general se realiza con el cliente y el terapeuta sentado uno frente al otro o casi frente al otro.
Se invita al niño para que revise sus relaciones con sus padres y otras personas importantes, así como las situaciones que viven en ese momento. La mayor parte de la sesión se espera que sea el niño quien lleve la conversación, el psicoterapeuta se limita a intervenir ocasionalmente con frases breves.
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