¿CÓMO TEÑÍAN LA LANA LOS ARTESANOS?
Primero se enjuagaba en agua caliente, lo que ayudaba a extraer cualquier grasa natural que,
de otro modo, impediría la penetración uniforme de la tintura en las fibras. Luego, la misma
tintura se preparaba con materiales que se podían obtener con facilidad. El amarillo se hacía
de líquenes o musgo; el rojo y el café se extraían de la corteza de aliso; el verde se conseguía
con cualquier material vegetal que contuviera clorofila; finalmente, el negro se obtenía de lodo
rico en hierro. Se machacaba o molía la tintura, la que luego se sumergía en agua hirviendo.
Después de obtener el tono deseado, se dejaba enfriar el agua y se extraía la tintura. A continuación,
la lana se colocaba en un baño de tintura, se recalentaba y se dejaba hervir de una
hora a un día entero. Se empleaba orina como mordente de la tintura. Derivado de la palabra
en latín “morder”, un mordente provoca que el color de la tintura se adhiera de manera eficaz a
las células de las fibras. Después del tinturado, los hilos se enjuagaban en agua limpia y se dejaban
secar a la sombra. El baño de tintura podía reutilizarse para lograr un color más claro.
Tomado de: Museo de Civilización Canadiense; citado por Eggins, Suzanne y James Robert Martin.
1. En la expresión “Después de obtener el tono deseado,” la palabra Después cumple la
función de indicar que el proceso se está
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