El cuento se inicia con datos espacio-temporales que manifiestan un ambiente de apariencia mágica e irreal.
El título del cuento es emblemático porque lleva el nombre del protagonista.
El nombre del personaje principal es más que común entre sus lectores, nada extraordinario, lo que produce un acercamiento con la condición humana.
Los mostachos "retorcidos esmeradísimamente" reflejan la psicología del importuno.
El narrador no adopta el punto de vista de ningún personaje para contar la historia.