Explicación detallada del PADRENUESTRO (CEC)

Es oración del Señor.

Padre nuestro que estás en el cielo:

Acercarse a Él con toda confianza.
Es el Espíritu Santo que nos introduce en la oración del Señor.
¡Padre! --> bendición de adoración. Nos reconocemos como hijos suyos (adoptivos) en Jesucristo (Su único Hijo). Esto exige conversión continua; dos disposiciones:

Deseo y voluntad de hacernos semejantes a Él
Corazón humilde y confiado, que nos hace volver a ser como niños.

Padre nuestro --> le adoramos y le glorificamos con el Hijo y el Espíritu Santo.
“Nuestro” (al comienzo) / Nosotros (4 últimas peticiones) no es exclusivo de nadie. Para que se diga en verdad debemos superar nuestras divisiones y los conflictos entre nosotros. Con el “nuestro” estamos hablando de TODOS por los que Jesús murió y resucitó.
“Que estás en el cielo”: no es un lugar sino una manera de ser. Se refiere a la majestad de Dios y su presencia en el corazón de los justos. La Casa del Padre, patria nuestra.

LAS SIETE PETICIONES

1. Santificado sea tu NOMBRE. Reconocer como santo y tratar de una manera santa su nombre. Que deseemos que el nombre del Señor, que siempre es santo en sí mismo, sea también tenido como santo por los hombres; es decir, que no sea nunca despreciado por ellos (San Agustín).

2. Venga a nosotros tu REINO. Lo que pedimos es que crezca nuestro deseo de que este reino llegue a nosotros y de que nosotros podamos reinar en él, pues el reino de Dios vendrá ciertamente, lo queramos o no (San Agustín).

3. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. La voluntad de nuestro Padre es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. El mandamiento que resume toda su voluntad es que “nos amemos los unos a los otros como él nos ha amado”. Esto significa hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza. Implica obediencia. Por la oración podemos discernir cuál es la voluntad de Dios y por ella también obtenemos constancia para cumplirla.

4. Danos hoy nuestro pan de cada día. El Padre que nos da la vida no puede dejar de darnos el alimento necesario para ella, todos los bienes convenientes, materiales y espirituales.

5. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. “Perdona nuestras ofensas” es una petición implícita en las tres primeras (porque todo lo que ha hecho Jesucristo es para la remisión de nuestros pecados); pero según la segunda parte (como también nosotros…) nuestra petición no será escuchada si no hemos respondido antes a una exigencia. La oración cristiana llega hasta el perdón de los enemigos, y éste es testimonio de que, en nuestro mundo, el amor es más fuerte que el pecado.

6. No nos dejes caer en la tentación. Le pedimos que no nos deje tomar el camino que conduce al pecado. Esta petición implora el Espíritu de discernimiento y de fuerza. Nuestros pecados son el fruto del consentimiento a la tentación. Distingamos entre “ser tentado” y “consentir”.

7. Y líbranos del mal. El mal no es una abstracción, sino que designa una persona, Satanás, el Maligno, el diablo. Al pedir ser liberados del Maligno oramos, igualmente, para ser liberados de todos los males, presentes, pasados y futuros de los que él es autor o instigador. Al liberarnos de los males, imploramos el don precioso de la paz y la gracia de la espera perseverante en el retorno de Cristo.

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Tomado del Catecismo de la Iglesia Católica.