Para Ortega el dato radical es la conciencia.
Ortega defiende una concepción subjetivista del yo.
Ortega no cree en la existencia de una razón atemporal y ajena a la circunstancia.
Como Nietzsche, Ortega está a favor del vitalismo biologicista.
Para Ortega, la filosofía debe empezar su reflexión a partir de los datos que le ofrece la ciencia.
El pensamiento de Ortega tuvo una clara influencia neokantiana en sus primeros tiempos.
Según Ortega, la filosofía tradicional nunca ha descuidado la razón histórica.
Ortega creyó que era muy importante para el futuro de España la superación del “tema de nuestro tiempo”.
Ortega defiende únicamente el subjetivismo.
Ortega cree posible alcanzar un conocimiento que supere cualquier punto de vista particular.
Para Ortega, el saberse o comprenderse es un atributo fundamental de la vida.
Ortega cree en la existencia de la libertad absoluta, la libertad no limitada por circunstancia ni pasado alguno.
La filosofía de Ortega es claramente encuadrable dentro de la corriente existencialista de la época.
Ortega defendió únicamente el idealismo.
Para Ortega, la filosofía es el quehacer intelectual del ser humano.
Ortega defiende la razón pura, la razón matematizante.
Ortega cree que el hombre no tiene naturaleza sino historia.
El pensamiento de Ortega afirma que la razón físico-matemática no consigue captar el sentido del mundo humano.
Para Ortega, la “antinomia de la historia” tiene que ver con las dificultades del historiador para ponerse en el lugar de los individuos que estudia y captar el sentido que ellos dieron a su vida.
En su obra “¿Qué es filosofía?” Ortega utiliza el camino cartesiano de la duda para la búsqueda del dato radical, aunque no llega a sus mismas conclusiones.
El enfrentamiento intelectual de Ortega contra la dictadura de Primo de Rivera le obligó a abandonar su cátedra en el año 1929.
La filosofía de Ortega es, en cierto modo, una reacción frente al vitalismo desorbitado de Nietzsche, pero también una crítica del idealismo cartesiano o hegeliano.
La filosofía de Ortega renuncia a la obligación de rendir pleitesía a una teoría homogénea, mostrando una capacidad pasmosa para encontrar síntesis de teorías y conceptos aparentemente contrapuestos, ofreciendo metáforas y expresiones de una lucidez extraordinaria.
La filosofía de Ortega tiene como nota radical el afán de buscar y capturar la verdad del todo como tal.
La filosofía de Ortega considera que "lo dado", lo que me ocurre, ya es el todo sobre lo que puede descansar mi reflexión.
La filosofía para Ortega es diferente de todo ser intramundano, pero puede partir para su reflexión de experiencias previas.
El contenido mental de la filosofía es expresable e intersubjetivo, pues tiene conceptos teóricos que se pueden comunicar.
Para Ortega, preguntarse es ya comenzar a filosofar, y renunciar a plantearse cuestiones es renunciar a ser humano.
El raciovitalismo es la teoría del conocimiento que parte de la vida e integra el perspectivismo.
Ortega piensa que hay que superar el Idealismo, pero se puede aceptar sin miedo el Positivismo.
Para Ortega, el realismo asume de un modo acrítico que lo que se le presenta a la vista no es tal y como aparece, sino tal y como lo aprehende el sujeto.
Para el realismo tan sólo existe lo dado, lo inmediato, lo útil, lo medible: en definitiva, lo positivo.
Para Ortega, es el sujeto el que recibe todas las impresiones de la realidad, las selecciona y las vive.
Para Ortega, el Idealismo subjetiviza el mundo, lo convierte en un contenido más de mi conciencia, de mi pensamiento.
Ortega busca un nuevo objeto que concilie y supere al Realismo y al Idealismo, y lo encuentra en la razón como dato radical de toda filosofía.
Ortega afirma que el pensamiento es independiente de las cosas.
Para Ortega, el dato radical del universo no puede ser únicamente el pensamiento, sino el pensamiento y las cosas, el yo con las cosas.
Para Ortega, la realidad del mundo (de las cosas que nos rodean) está dentro de mi pensamiento, pues el pensar y lo pensado son realidades completamente diferentes.
Ortega piensa que ni la naturaleza es realidad auténtica, ni el intelecto humano posee realidad por sí mismo. Luego la realidad radical es la misma vida humana, que engloba tanto naturaleza como intelecto.
Para Ortega, las cosas no son como "otro" ajeno a mí, sino que están referidas a mí, prestándome servicios o constituyendo obstáculos, gravitando sobre mí, gratificándome o haciéndome sufrir.
La coexistencia del yo y su mundo (es decir, la vida) es el dato radical del universo, para Ortega y Gasset.
Ortega llama perspectivismo a la teoría según la cual la verdad tiene que ser una y la misma para todo individuo, toda cultura y toda época.
Ortega siempre defendió un vitalismo irracionalista.
Ortega llama "constitutivos esenciales" a los componentes que siempre y necesariamente están presentes en la vida.
Epistemológicamente, Ortega defiende el Objetivismo o Positivismo.
Ortega interpreta el ser de las cosas como algo existente en sí y por sí, anterior a su presencia en nuestra vida.
Ortega interpreta el ser de las cosas como la interpretación que hacemos del mundo en respuesta a una determinada situación vital.
Ortega interpreta el ser de las cosas como meros contenidos de conciencia.
Para el raciovitalismo el yo es independiente de la circunstancia.
Para el raciovitalismo el yo es dependiente de la circunstancia.
Para el raciovitalismo el yo es lo mismo que para Descartes, una sustancia pensante.
Para Ortega la concepción idealista de las cosas como contenidos de conciencia es correcta.
Para Ortega la concepción idealista de las cosas como contenidos de conciencia es absurda.
Para Ortega la concepción idealista de las cosas como contenidos de conciencia es correcta respecto de los objetos físicos pero absurda respecto de las otras mentes.
El neopositivismo es una de las corrientes filosóficas más próximas a la filosofía de Ortega.
La fenomenología es una de las corrientes filosóficas más próximas a la filosofía de Ortega.
El vitalismo que defiende Ortega es vitalismo biológico.
Para Ortega, la realidad solo se nos presenta desde diferentes puntos de vista que necesitan integrarse.
Para el perspectivismo, mi punto de vista es único e intransferible y por eso aspira a considerarse absoluto y no solo un punto de vista más.
Ortega está convencido de que la única forma de acercarse a la realidad del mundo será multiplicando los puntos de vista y asumiendo su irreductible multiplicidad.
Para Ortega, hay que olvidar valores sagrados y perspectivas eternas porque son imposibles para quienes reflexionan siendo conscientes de su entorno circundante.
Ortega defiende que el punto de vista individual puede también ser objetivo y verdadero.
Ortega afirma que en la medida en que cada individuo ocupa un lugar en el mundo, una perspectiva o un punto de vista, no es posible lograr verdades absolutas, únicas, universales y necesarias.
Es importante para Ortega comprender que nadie puede convertir su propio punto de vista en algo absoluto que los demás deban aceptar.
Para Ortega, la circunstancia adquiere consistencia y radicalidad cuando la emparentamos con el sujeto que la vive, que por sí solo no es nada.
La idea "yo soy yo y mis circunstancias" aparece en la obra de Ortega "Meditaciones del Quijote".
La relación radical existente entre hombre y mundo, entre sujeto y objeto, entre yo y circunstancia, va a ser en Ortega no una tesis más, sino una manera de hacer y pensar en filosofía.
Para Ortega, ni el mundo exterior (realismo) ni la conciencia (Idealismo) pueden ser el objeto buscado por la filosofía.
Ortega no quiere situarse a mitad de camino entre el mundo y la conciencia, y por eso no huye de cualquier tipo de abstracción.
Para Ortega el hombre se encuentra con un conocimiento perfecto y definido en medio de su propia vida.
Ortega piensa que hablar del hombre al margen de la sociedad es tan abstracto como hablar de la sociedad al margen del hombre.
Para Ortega, el mundo que me rodea me afecta a mí, a mis pensamientos y a mis decisiones mucho más de lo que me afectan mis propios deseos, intenciones o proyectos.
Ortega entiende por categorías de la vida “los conceptos que expresan el vivir en su exclusiva peculiaridad”.
Ortega proclama que la vida es la realidad radical, pero no es necesario referir a ella las demás realidades.
Dentro de las Categorías de la Vida, Ortega afirma que la vida no es nada abstracto, sino que mi vida es personalísima, es lo que nadie puede hacer por mí.
Dice Ortega que el mundo consiste en aquello de lo que me ocupo y en nada más.
En la vida no tenemos una permanente posibilidad de elección de aquello que vamos a hacer a continuación, pues el ser humano se encuentra siempre muy condicionado y no es libre.
En el terreno del conocimiento Ortega dice que el ser humano tiene que enfrentarse a una oposición: el racionalismo (como Descartes) frente al vitalismo (Nietzsche).
La vía intermedia que propone Ortega entre el racionalismo y el vitalismo consiste en vivir la vida desde el escepticismo, y no creerse nada de lo que vivimos.
Para Ortega, el hombre no puede salirse de la historia, y la razón, por tanto, debe ser un instrumento más dentro de la misma historia.
La doctrina sobre la perspectiva lleva a Ortega a un gran escepticismo, pues el punto de vista de cada uno nos impide llegar a ningún acuerdo.
Uno que siga coherentemente la teoría perspectivista de Ortega tendrá que reconocer como únicamente válido su propio punto de vista.
El orden de las etapas del pensamiento de Ortega es perspectivista, objetivista, raciovitalista.
La teoría perspectivista defiende que la verdad es algo que se va consiguiendo poco a poco unificando las perspectivas complementarias.
Para Ortega, cada ser humano tiene un problema muy concreto: su propia vida.
En nuestra vida tenemos un número ilimitado de posibilidades, pues las circunstancias que nos rodean no condicionan nuestra libertad.
La vida para Ortega es la realidad indubitable (la primera verdad), pero también la primera realidad, el ámbito en el que se hacen presentes y cobran sentido el resto de los seres.
Para Ortega la vida solo puede captarse adecuadamente mediante el recurso de la razón vital, que no nos permite captar la dimensión histórica del ser humano.
Ortega afirma que la vida es la realidad radical porque es la realidad en que radican las cosas (La realidad de las cosas o la del yo se da en la vida, como un momento de ella).
Ortega se desilusionó pronto de su cargo de diputado pues sus discursos políticos eran escuchados con respeto pero olvidados con la misma rapidez con que se asentía ante ellos.
Consciente de que la regeneración de España había acabado en una guerra cruenta y devastadora, Ortega vivió unos años de fuerte pesimismo existencial e intelectual.
Ortega siempre proclamó que estaba alineado con la corriente filosófica del Existencialismo.
La teoría del conocimiento de Ortega se basa en el escepticismo.
El punto de vista de cada uno es el punto de partida para comenzar la tarea de conocer la realidad.
Ortega piensa que para vivir una existencia auténtica es necesario hacer filosofía.
La reflexión filosófica tiene como principal tarea buscarle un sentido a tu propia vida.
Ortega afirma que Vida es lo que somos y lo que hacemos y por lo tanto es, de todas las cosas, la más próxima a cada cual.
El problema fundamental de toda vida humana, para Ortega, es la convivencia con los demás seres humanos.
En la realización del proyecto de nuestra vida, el hombre debe contar consigo mismo, sin prestar mucha atención al mundo que le rodea.
Ortega y Gasset es un filósofo español que desarrolló su obra durante el siglo XX.