En el cuadro se aprecian cuatro personas, tres hombres y una mujer, esta última mira atentamente lo que sucede, sin alarmarse por lo riesgoso de la cirugía, el médico tiene sobre su cabeza un embudo y la operación la realiza en campo abierto, rodeado de la naturaleza, con lo que parece ser un bisturí de la época. El otro sujeto observa atentamente, con una valija plateada en su mano. La mujer lleva sobre su cabeza un libro. El paciente parece no estar sorprendido ni asustado.