El roer es mi trabajo,
el queso mi aperitivo
y el gato ha sido siempre
mi más temido enemigo.
Aunque no soy florista,
trabajo con flores
y el hombre disfruta
el fruto de mis labores.
Desde hace miles de años,
hemos transportado al hombre;
ahora nos lleva escondidos
en el motor de su coche.
En alto vive,
en alto mora,
en alto teje,
la tejedora.
No es cama, ni es león y desaparece en cualquier rincón.
Detrás de mi corre el perro,
voy detrás de los ratones,
me gusta comer pescado,
y acostarme en los sillones.
¿Quién soy?
Con cuello largo y finito
se pasea muy feliz,
sólo si fueras mosquito
le verías la nariz.
Soy un trocito de luz en la noche.
De día me escondo en la hierba.
Parezco una esmeralda que el viento se lleva.
Soy un insecto que vuela entre las flores, tengo dos alitas de muchos colores.
Viste de chaleco blanco y negro tiene su pecho. Es un ave que no vuela, pero sabe nadar derecho.
Sal al campo por las noches
si me quieres conocer,
soy señor de grandes ojos,
cara seria y gran saber.
Adivina mi nombre, soy quien vigila la casa y el mejor amigo del hombre.
Aunque no se ría nos muestra sus graciosos dientecitos, gusta de nueces, bellotas y camina con brinquitos
Dicen que la tía Cuca se arrastra con mala racha. ¿Quién será entonces esa muchacha?
Mi inicial está en ogro, pero no soy violenta. La uve de victoria es mi segunda letra. Soy la mejor amiga de la gente friolera. Los países donde vivo abundan en riqueza.
Tengo hipo cuando pronuncio mi nombre, ¿adivinas quién soy?
Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, en el agua vivo, en el mar o en el río.
Es la reina de los mares, su dentadura es muy buena, y por no ir nunca vacía, siempre dicen que va llena.
Mala fama a mi me han hecho porque el barro es mi elemento. A algunos de mis hermanos les meten monedas dentro.
A veces soy mensajera y símbolo de la paz; en los parques y jardines también me podrás encontrar.