La narrativa española en las primeras decadas del siglo XX

El escritor extremeño, , es incluido en lo que se conoce como "novela erótica" y su obra más famosa es .

La narrativa de principios de siglo XX pertenece a un grupo conocido como .

Miguel de Unamuno (1864-1936) Unamuno proyecta en sus novelas (y en toda su obra) su conflictivo pensamiento . Son características la escasa y la escasez de referencias concretas de espacio y tiempo, porque lo que importa es la realidad interior de los personajes, sus conflictos , expresados mediante abundantes diálogos cargados de ideas y de monólogos interiores. Tiende a desdibujar los límites entre realidad y ficción. Comienza su producción novelística con (1897, intrahistoria sobre la última guerra carlista). (1902) es ya una novela de ideas, en la que satiriza los excesos de una educación demasiado racionalista. Da el paso a la nivola con (1914), donde autor y personaje disputan por su ser y su existencia, en una analogía de la relación entre Dios y el hombre. Siguen (1917, sobre el cainismo), (1921, sobre la maternidad frustrada) y culmina con (1931), su mejor novela.
Se define a sí mismo como un hombre de “” y por ello sus obras encierran constantes : su “nivola”, San Manuel Bueno, mártir plantea la historia de un sacerdote que hace creer a sus feligreses, sin tener él mismo fe, donde expone el conflicto entre verdad trágica («La razón» que nos hace consciente de nuestra muerte) y felicidad ilusoria («la fe» que nos consuela), optando por esta.

Baroja (-1956) Vierte en sus novelas su pesimismo ─influido por — y su visión negativa del hombre y de una sociedad donde solo sobreviven los más fuertes. Destacarnos los rasgos característicos de su novelística: Concibe la novela como una sucesión de o cuadros sueltos, episodios unidos por un protagonista, donde se acumulan ambientes, situaciones y personajes muy variados. La novela, como la vida, progresa en apariencia sin definido ni estructura fijada. Los espacios son muy diversos: su natal y , pero también pueblos castellanos, levantinos...
Se sirve de personajes y situaciones sociales sórdidas (así, en la trilogía ).
Baroja introduce a menudo vivencias autobiográficas. Narra con frases , párrafos más bien breves. Sus protagonistas suelen ser de dos tipos: hombres de como en o el protagonista de Las Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox (hombres de voluntad nietzscheana que pueden terminar fracasando); y hombres contemplativos, intelectuales y abúlicos que se preguntan por el sentido de una existencia que les abruma, como el Andrés de (trasunto del ). Unos y otros rechazan la vida burguesa. Él mismo distinguió dos etapas en su extensa obra:
Destacamos su primera etapa (1900-1912) formada por : La lucha por la vida (; Mala Hierba; Aurora roja); La (La casa de Aizgorri; El mayorazgo de Labraz; ). La (La dama errante; La ciudad de la niebla; ); El mar (Las inquietudes de Shanti Andía; El laberinto de las sirenas; Los pilotos de altura)

José Ruiz "" (1873-1967) Sus novelas apenas tienen , en favor del discurso reflexivo (también se las ha llamado "novelas poemáticas). Incluso los temas son los mismos: la melancolía por el y la búsqueda de algo permanente en la fugacidad de ese tiempo. Su estilo es preciso, con frases concisas, de gran riqueza léxica, muy y atento al detalle. Sus novelas con más repercusión fueron las primeras: (1902), Antonio Azorín (1903) y Confesiones (1904). Son fragmentarias, con escasa acción, basadas en las sensaciones y reflexiones del protagonista (Azorín, personaje muy , del que toma su ).

El obispo leproso es obra de .