En cuanto a mí,
sólo sé
que no sé nada.
Más sabe el diablo
por viejo que por diablo.
No saber hacer
la "O" con un canuto.
El saber
no ocupa lugar.
Aprendiz de todo,
maestro de nada.
Del viejo,
el consejo.
El maestro Ciruela,
que no sabía leer
y puso escuela.
Quien dice la verdad,
ni peca ni miente.
Cada maestrillo
tiene su librillo.
Con mis maestros
he aprendido mucho;
con mis colegas, más;
con mis alumnos todavía más.
Si das pescado
a un hombre hambriento,
le nutres una jornada.
Si le enseñas a pescar,
le nutrirás toda la vida.
A ti, insolente,
además de enseñarte a hablar
he de enseñarte a callar.
La escuela es tu segunda casa,
pero la casa debe ser
tu primera escuela.
El verdadero misterio del mundo
es lo visible, no lo invisible.
Saber que se sabe
lo que se sabe,
y que no se sabe
lo que no se sabe:
he aquí el verdadero saber.
El primer paso de la ignorancia
es presumir de saber.
¡Qué descansada vida,
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios
que en el mundo han sido.
Quien obra puede equivocarse,
pero quien no hace nada
ya está equivocado.
Tratemos a los demás
como nos gustaría ser tratados.
La práctica es
un maestro excepcional.
Dos excesos deben evitarse
en la educación de la juventud:
demasiada severidad,
y demasiada dulzura.
Para saber hablar
es preciso saber escuchar.
Saber que no se sabe,
eso es humildad.
Pensar que uno sabe lo que no sabe,
eso es enfermedad.
¡Confiamos demasiado
en los sistemas
y muy poco en los hombres!
Me lo contaron y lo olvidé;
lo vi y lo entendí;
lo hice y lo aprendí.
Si quieres aprender,
enseña.
Para saber algo,
no basta con haberlo aprendido.
Educad a los niños
y no será necesario
castigar a los hombres.
El primer paso para la ignorancia
es presumir de saber.
Dime y lo olvido,
enséñame y lo recuerdo,
involúcrame y lo aprendo.
La juventud sabe lo que no quiere
antes de saber lo que quiere.
Hay alguien tan inteligente
que aprende de la experiencia
de los demás.
Los hombres aprenden
mientras enseñan.
La mejor enseñanza es la que utiliza
la menor cantidad de palabras
necesarias para la tarea.
A pesar de que ya soy mayor,
sigo aprendiendo de mis discípulos.
No podemos modelar a nuestros hijos
según nuestros deseos;
debemos estar con ellos y amarlos
como Dios nos los ha entregado.
Hay que estudiar mucho
para saber poco.
La inteligencia tiene sus límites;
la estupidez, no.
Por la ignorancia
se desciende a la servidumbre;
por la educación
se asciende a la libertad.
Excelente maestro es aquel que,
enseñando poco,
hace nacer en el alumno
un gran deseo de aprender.
Del hablador he aprendido a callar;
del intolerante, a ser indulgente,
y del malévolo, a tratar con amabilidad.
Y por curioso que parezca,
no siento ninguna gratitud
hacia esos maestros.
Aprender es como remar contra corriente:
En cuanto se deja, se retrocede.
Vale más saber algo de todo,
que saberlo todo de algo.
Formarse no es nada fácil,
pero reformarse lo es menos aún.
Por cada persona que quiere enseñar,
hay, aproximadamente, treinta personas
que no quieren aprender.
Lo maravilloso de aprender algo,
es que nadie puede arrebatárnoslo.
Enseñar es
aprender dos veces.
El principio de la educación es
predicar con el ejemplo.
El saber y la razón hablan;
la ignorancia y el error gritan.
Seis honrados servidores
me enseñaron cuanto sé:
Cómo, Cuándo, Dónde,
Qué, Quién y Por-qué.
Los que están de vuelta de todo
son los que no han ido a ninguna parte.
Todo hombre, por naturaleza,
desea saber.
El hombre sabio, incluso cuando calla,
dice más que el necio cuando habla.
El más tonto sabe más en su casa
que el sabio en la ajena.
El saber es la única propiedad
que no puede perderse.
Has de ser más sabio que los demás,
si puedes,
pero no lo digas.
La sabiduría es hija de la experiencia.
Libros, caminos y días
dan al hombre sabiduría.
Lo mejor del sabio es
no parecerlo.
Los sabios son los que buscan la sabiduría.
Los necios piensan haberla encontrado.
No basta con adquirir sabiduría,
es preciso además saber usarla.
No hay sabio a quien no engañe
cualquier necia.
Sabio es aquel que constantemente
se maravilla de nuevo.
Sólo los que saben poco
quieren mostrar en todas partes
lo que saben.
Quien tiene menos de lo que desea
ha de saber que tiene
más de lo que vale.
Si todo te da igual,
haciendo mal las cuentas estás.
A veces, lo que una persona necesita
no es una mente brillante que le hable,
sino un corazón paciente que le escuche.
Hay gallos que piensan
que el Sol sale
para oírle cantar.
Un hombre sabio es aquel
que no sufre por las cosas
que no tiene,
sino que disfruta
de las que sí posee.
Es de mala educación
hablar con la boca llena,
pero peor,
con la cabeza vacía...
Es mejor estar callado
y parecer tonto, que hablar
y despejar las dudas.
De niño, poeta y loco,
todos tenemos un poco.
Del dinero, sabiduría y santidad,
la mitad de la mitad.
El sabio sólo es agrio consigo mismo,
pero es amable con los demás.
Cada día sabemos más
y entendemos menos.
Siempre que enseñes,
enseña a la vez a dudar
de lo que enseñas.
Un hombre es sabio mientras
busca la sabiduría;
si llega a creer que ha encontrado,
se convierte en idiota.
Cuanto más sabemos,
más dudamos.
A buen entendedor,
pocas palabras bastan.
No te acostarás,
sin saber una cosa más.
Quien alaba al tonto la tontería,
lo hace más tonto todavía.
A quien saber no quiere,
no hay maestro que le enseñe.
Al saber,
le llaman suerte.
El saber
no ocupa lugar.
Ignorar para preguntar
y preguntar para saber,
eso es aprender.
La suerte viene y pasa,
pero el saber se queda en casa.
No sabe mandar,
quien no sabe obedecer.
Educar no es llenar un vaso,
es encender un fuego.
Podemos aprender mucho
de la naturaleza en acción.
Enseñando, aprendemos.
Todo el mundo tiene que aprender,
nadie nace sabiendo.