Carta Iberoamericana
de la Función Publica
El concepto de Función Pública
La función pública está constituida por el conjunto de arreglos institucionales mediante los que se articulan y
gestionan el empleo público y las personas que integran.
Criterios orientadores:
a) La preeminencia
b) La profesionalidad de los recursos humanos
c) La estabilidad del empleo público
d) La flexibilidad en la organización
e) La responsabilidad de los empleados públicos
las conductas observadas por las personas en su trabajo, las cuales, dependen de dos variables básicas:
a) las competencias, o conjuntos de cualidades poseídas por las personas, que determinan la idoneidad de éstas para el desempeño de la tarea;
b) la motivación, o grado de esfuerzo que las personas estén dispuestas a aplicar a la realización de su trabajo.
Organización del trabajo:
La organización del trabajo requiere instrumentos de gestión de recursos humanos destinados a definir las características y condiciones de ejercicio de las tareas (descripción de los puestos de trabajo),
Evaluación del rendimiento:
Disponer de sistemas formales de
evaluación del rendimiento permite:
a) Obtener informaciones necesarias para adoptar decisiones en diferentes áreas de la gestión
b) Validar políticas y prácticas de gestión de recursos humanos, contrastando y valorando su impacto sobre el comportamiento humano en el trabajo.
c) Orientar el desarrollo de las personas y su crecimiento profesional.
d) Mejorar la motivación y el rendimiento de las personas en el puesto de trabajo.
El abanico salarial (diferencia entre la retribución total percibida por los empleados del nivel salarial superior y los del nivel inferior) deberá ser equilibrado: ni demasiado comprimido, porque reduciría los incentivos
de carrera y el estímulo al rendimiento, ni demasiado amplio, lo que podría traslucir un síntoma de captura del sistema por algunas élites, y reflejaría un mayor o menor grado de inequidad salarial.