El tedio es una enfermedad del entendimiento que no acomete sino a los ociosos.
Son menos nocivos a la felicidad los males que el aburrimiento.
Nuestro tiempo es tan excitante que a las personas sólo puede chocarnos el aburrimiento.
Cuando queda tiempo para aburrirse, yo procuro aburrirme, porque el aburrimiento es una forma de descanso.