El pensamiento crítico consiste en analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en especial aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana.
El pensamiento crítico exige claridad, precisión, equidad y evidencias, ya que intenta evitar las impresiones particulares. En este sentido, se encuentra relacionado al escepticismo y a la detección de falacias.
Mediante el proceso que implica el pensamiento crítico, se utiliza el conocimiento y la intuición para alcanzar una posición razonable y justificada sobre un tema.
Entre los pasos a seguir, los especialistas señalan que hay adoptar la actitud de un pensador crítico; reconocer y evitar los prejuicios cognitivos; identificar y caracterizar argumentos; evaluar las fuentes de información; y, finalmente, evaluar los argumentos.
para conseguir que alguien se convierta en experto pensador crítico es importante que posea o haya adquirido una serie de habilidades fundamentales para el desarrollo de dicho pensamiento.
El pensamiento crítico implica pensar de forma negativa o con predisposición a encontrar defectos y fallos.
El objetivo del pensamiento crítico es evitar las presiones sociales que llevan a la estandarización y al conformismo.
El pensador crítico busca entender cómo reconocer y aumentar los distintos engaños a los que es sometido en la cotidianeidad.
La premisa del pensamiento crítico es dudar de todo lo que se lee o escucha, para acercarse con mayor precisión a los datos objetivos.